Los crímenes de odio no paran en México. En junio de 2022, informamos sobre el asesinato de dos personas de la comunidad transgénero que conmocionaron a la sociedad por la brutalidad de sus muertes y la impunidad que ha reinado en sus casos.
El primero fue el de la joven transexual de origen chileno, Camila Boloco, quien fue encontrada sin vida en un departamento, la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México. De acuerdo con información y videos difundidos por sus amigos en redes sociales, el principal sospechoso podría ser su pareja sentimental, quien hasta el momento se encuentra desaparecido. Boloco tenía tiempo de vivir en México y de acuerdo con la información que ha sido difundida, era una férrea activista del Sindicato de Trabajadoras Sexuales Trans y Travestis, una organización de derechos humanos que velaba por los intereses y derechos de las trabajadoras sexuales.
El otro asesinato, también de una forma violenta, fue el de una persona transgénero hallada sobre la carretera México-Pachuca, a la altura del kilómetro 18, cerca de la comunidad de Tulpetlac, en el municipio de Ecatepec, Estado de México. Esta persona, sin identificar a la fecha, murió de dos disparos de arma de fuego en la cabeza mientras, según testigos de la agresión, esperaba una combi del transporte público fue abordada por varios sujetos en un automóvil, del cual dispararon directamente y se dieron a la fuga.
Ambos casos a la fecha siguen sin esclarecer y sin ningún avance en las Fiscalías de la Ciudad de México como en la del Estado de México y suman a esa violencia constante y mal vista como cotidiano contra las mujeres trans en México y el resto del mundo.
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Muertes violentas de personas LGBTI+ en México sumaron al menos 78 en 2021
La organización “letraese” documenta este tipo de violencia de género y agresiones en su reporte ejecutivo del año pasado y detalla que en los últimos cinco años, suman al menos 461 muertes violentas de personas sexodiversas: 95 en 2017; 92 en 2018; 117 en 2019; 79 en 2020; y 78 en 2021.
Además, muestra que este tipo de violencia sigue alarmantemente en aumento a consideración de años pasados. El informe detalla que en 2021 las mujeres trans fueron las víctimas más numerosas, con 55 transfeminicidios a lo largo de todo el país, cifra que representó un aumento con respecto al año 2020, en el que hubo 43 víctimas.
En contraste, el número de homicidios de hombres gay/homosexuales continuó descendiendo por segundo año consecutivo, pasando de 22 en 2020, a 19 en 2021.
Según las cifras de “letraese”, Veracruz encabeza esta lista de violencia de género por cuarto año consecutivo con la cifra más elevada: 10 casos, seguida por Guanajuato con 9, Edomex con 7 y Chihuahua con al menos 6 víctimas. Si quieres descargar o leer el informe completo de “letraese” da clic aquí.
Por su parte, Kenya Cytlaly Cuevas Fuentes, una mujer transgénero de 46 años de edad, directora Ejecutiva de la Casa de las Muñecas Tiresias A.C, organización encargada de apoyar a gente en situación de calle, portadores de VIH, mujeres dedicadas al trabajo sexual, migrantes, acompañar casos de transfeminicidio, asegura que después de Brasil, México es el segundo país en América Latina donde se cometen más transfeminicidios y la mayoría de los casos quedan impunes.
Transfeminicidios, sin tipificar en México
A pesar de la creciente ola de asesinatos y agresiones contra la comunidad trans en México, la legislación continúa estancada. Por lo menos en la Ciudad de México, el Congreso tiene dos iniciativas en puerta. Una fue presentada en octubre de 2021 por el diputado morenista Temístocles Villanueva, quien busca con el caso Paola Buenrostro, asesinada en 2016 de un disparo después que un hombre que solicitaba un servicio sexual descubrió que era una persona trans, una ley que castigue este tipo de delito con penas de 35 hasta 70 años de prisión.
La otra iniciativa es la de también diputado de Morena, Janecarlo Lozano Reynoso, la cual pretende agregar a la fracción VIII del artículo 138 del Código Penal de la Ciudad de México, donde se tipifica el homicidio, que esta forma de violencia sea catalogada como una agravante de odio “por expresión de género” y que este también se agregue castigue como delito de discriminación cualquier tipo de violencia trans.
Ambas iniciativas llevan meses paradas y sin futuro en puerta. Además, en los demás Congresos mexicanos no existen iniciativas de este tipo que busquen castigar la violencia contra la comunidad trans en el país.
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