Gonzalo Monroy, director de la consultoría GMEC, dio una entrevista a Javier Alatorre en El Heraldo Media Group en la que aseguró que las estrategias de los energéticos en México se han centrado en poner complicaciones para las empresas que no trabajan para el Estado.
Esto, indicó, limita la competencia de manera sistemática, lo cual no beneficia a la población, debido a que no se le permite obtener nuevas opciones en el sector y además pone en entredicho a las compañías extranjeras que buscan operar en el sector.
"México en este periodo puede todavía llegar a dar soluciones", dijo,
La opción que tendría menos conflictos, comentó, es la de dar vuelta atrás a las medidas implementadas en las leyes en hidrocarburos y electricidad en el sexenio.
En caso de que el país no brinde una solución, la administración federal terminaría en los páneles de controversia. El proceso, comentó, duraría al menos un año y México tendría que pagar una sanción o ser sometido a medidas arancelarias en caso de no poder llegar a un acuerdo.
Aseguró que fortalecer a Pemex y a la CFE debería tener como objetivo favorecer a la ciudadanía; no obstante, lo que se ha buscado es desmantelar la competencia.
"Hoy la CFE no está mejor que en 2018, Pemex tampoco", dijo.
"No se ha privatizado un solo clavo de Pemex o de la CFE a favor de los privados", agregó.
Indicó que la entrada al sector privado en las paraestatales se ha dado únicamente en procesos estratégicos que son de utilidad para estas empresas.
Calificó como justificado el reclamo que hacen las compañías extranjeras que operan en el país y buscan laborar dentro del sector energético y además hizo una estimación de los costos que podría tener para la República Mexicana el no respetar al T-MEC.
"Estamos hablando de más de 20 mil millones de dólares; en una estimación más realista, serían poco más de 40 mil", dijo.
Destacó que las empresas podrían pedir además una indemnización por perjuicios, lo cual significaría una multa mucho más grande para México.
Agregó que el presidente Andrés Manuel López Obrador podría estar apostando a que haya un cambio de gobierno en Estados Unidos y además la posibilidad de que el problema sea heredado a su sucesor.
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