Hasta 3 millones de pesos de manera ilícita semanales dejaban los 104 cuartos que operaban de manera clandestina dentro del penal de San Miguel, ubicado en Puebla capital.
Con base en la información de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), estos espacios, que fueron permitidos por gobiernos estatales anteriores, ya se demolieron en las últimas horas.
Dichos espacios fungían para encuentros sexuales, restaurantes, farmacias, tiendas de abarrotes, locales de venta de ropa y zapatos, baños, ferretería e incluso corte de cabello, además de que también existían dos quioscos y dos gimnasios.
La misma dependencia arrancó con maquinaria especializada la destrucción de estos espacios, donde presuntamente también se comercializó droga por parte de los reos.
“Esta tarea da cumplimiento a la instrucción del gobernador Miguel Barbosa Huerta y se suma a otras que ha emprendido la dependencia en los centros penitenciarios, a fin de regularizar las actividades al interior de los mismos para fortalecer el sistema de justicia en la entidad, mediante el combate a la corrupción y la impunidad”, refiere un comunicado de la dependencia.
Cabe señalar que este penal ubicado en la capital del estado recientemente se vio envuelto en un escándalo nacional, respecto a que en su interior se encontró el cadáver de un bebé que fue sustraído ilegalmente de un panteón de la Ciudad de México.
A raíz de lo anterior, se detuvieron a los responsables de este hecho, donde estaban involucrados custodios, visitantes y hasta personas que actualmente purgan una condena por determinado delito.
Desde ese momento arrancó la limpia de este penal, que también ha derivado en el traslado de reos a cárceles federales que buscaban tener el control del inmueble y ahora se procedió con los 104 cuartos que fueron hallados de manera ilegal por las actuales autoridades.
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