Organizaciones internacionales y médicos veterinarios zootecnistas alertaron desde 2019 que la fundación Black Jaguar-White Tiger (BJWT) no tenía los estándares mínimos sugeridos y establecidos para generar un adecuado bienestar animal, trato digno y respetuoso para las especies que se encontraban bajo su resguardo.
Esto, después de realizar análisis del inmueble en el que se ubica este “albergue” en Santo Tomás Ajusco, alcaldía Tlalpan. Las irregularidades eran evidentes en las casetas dormitorios de los animales, en corrales, falta de señalética en caso de emergencia, alimentación, entre otros.
Asimismo, no existían instalaciones que garantizaran la seguridad al manejador de los felinos, “por lo que es inminente una fuga o escape y esta repercuta en un encuentro grave con humanos”.
“Se considera que el manejo de los ejemplares de fauna silvestre albergados y confinados por la Fundación Black Jaguar-White Tiger no es aceptable, la manipulación y manejo se hace sin fines etológicos y se promueven actividades de exhibición y toma de fotografías que el plan de manejo no lo contempla”, señaló en un informe el veterinario zootecnista Antero Carmona Omaña y del que El Heraldo de México tiene copia.
Además, PETA acusó que “era sólo otro santuario simulado que obtiene ganancias explotando animales”, pues jamás se transparentó de dónde provenían todos los cachorros que se usaban para sesiones fotográficas; “es probable que los esté criando él mismo y/o comprándolos a los criadores”.
MAAZ