El 11 de julio de 1978 está en la memoria de los habitantes de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, ya que ese día Víctor Pineda Henestrosa fue desaparecido presuntamente por elementos del 11º Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, y desde entonces se desconoce su ubicación
Se graduó como profesor de primaria en el Instituto Único del Magisterio de Oaxaca. Las aulas las alternaba con la lucha agraria. Junto con jóvenes Juchitecos fundó la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI), en los años 70.
Testigos aseguran que se lo llevaron militares, lo que originó una serie de acciones de protestas, encabezadas por su madre, Lucina Henestrosa, y su esposa, Cándida Santiago.
Irma Pineda, actual representante de los pueblos indígenas en el Foro Permanente de la ONU, tenía cuatro años cuando su padre desapareció. “Hay como imágenes muy fuertes, recuerdos muy vívidos, muy presentes”, señaló.
El 20 de agosto de 1979 se hizo la primera denuncia por secuestro y homicidio, con la averiguación previa número 388/979. Ese año, el Comité Eureka, que encabezaba doña Rosario Ibarra de Piedra, acompañó la búsqueda.
El 13 de julio de 1992, la CNDH presentó un informe sobre la localización del vehículo en el que viajaba Pineda, que conducía el dirigente coceista y volcó en la carretera a Oaxaca; hallaron restos óseos. El documento fue rechazado por los familiares, porque no se pudieron obtener resultados certeros del ADN.
En 2002, la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales del Pasado, creada en el sexenio de Vicente Fox, recibió el caso. Tras varios procesos, en 2022, la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia busca esclarecer las violaciones a los derechos humanos cometidas entre 1965 a 1990, y se firmó el acuerdo con la Sedena para tener acceso a los archivos y al Campo Militar número 1.