EN MEMORIA DE JESUITAS

Religiosos realizan Jornada Nacional de Oración por la Paz

Monseñor Andrés Jasso consideró que el país está enfermo de violencia

NACIONAL

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DENUNCIA. En la Estela de Luz, religiosos y activistas recordaron a los sacerdotes Campos y MoraCréditos: Cuartoscuro

Tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas, este domingo se llevó a cabo la Jornada Nacional de Oración por la Paz, convocada por la Conferencia del Episcopado Mexicano, misma que reunió a comunidades católicas y jesuitas de al menos 23 entidades.

En la CDMX, Edomex, Puebla, Yucatán, Veracruz, Colima, Oaxaca, San Luis Potosí, Tabasco, Baja California, Aguascalientes, Chihuahua, Chiapas, Michoacán, Campeche, Sinaloa, Morelos, Querétaro, Morelos, Q. Roo, Zacatecas, Guanajuato y Nuevo León, feligreses oraron por la justicia y la reconciliación.

Desde la Basílica de Guadalupe, monseñor Andrés Jasso consideró que el país está enfermo, pero que es responsabilidad de todos como sociedad procurar recuperar la paz.

En tanto, la Estela de Luz, sobre Reforma, se convirtió en punto de encuentro para jesuitas, religiosos y activistas. A las 11:00 de la mañana protestaron de manera pacífica para exigir justicia por el asesinato de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, Chihuahua. 

Durante su participación, Jorge Atilano, sacerdote jesuita encargado de las obras sociales de la Compañía se Jesús en México, detalló que la Jornada de Oración por la Paz fue creada para hacer memoria de todas las personas que han desaparecido y que han sido asesinadas, tales como mujeres, periodistas, niños y sacerdotes.

“Hoy nos tocó a los jesuitas traer a nuestros muertos a este lugar, muertes que se unen a tantas que suceden en el país; desde aquí queremos hacer memoria de tantas víctimas de la violencia”, indicó.

Se trata de las primeras acciones, pues el Episcopado solicitó a creyentes y sacerdotes que durante julio se celebren misas o jornadas de oración comunitaria en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta, con el fin de evidenciar el dolor de las familias y unir fuerzas en la construcción de la paz.

CAR