CANÍBAL DE ATIZAPÁN

Caníbal de Atizapán, claves capítulo 1: Revelan audio de policía que halló cuerpo de su esposa y detención de Andrés "N"

Durante todo el capítulo, aparecen las voces de policías, peritos y periodistas que vivieron el caso en carne propia

NACIONAL

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La Fiscalía del Estado de México informó este lunes que en total han recolectado 4 mil 600 restos óseos Créditos: FGJEDOMEX / Cuartoscuro

Este lunes 27 de junio inició el documental "Caníbal, Indignación Total", la historia del feminicida de Atizapán, Andrés Filomeno Mendoza Celis. 

El primer capítulo, el cual tuvo una duración de más de 20 minutos, inicia con la recopilación de testimonios de periodistas, policías y peritos que vivieron el caso en carne propia. 

Además, uno de los momentos más estremecedores fue cuando se reveló el audio del policía que halló el cuerpo de su esposa en la casa del asesino. Nos referimos a Reyna González, una mujer de 34 años a la que Andrés "N" ayudaba ocasionalmente en su negocio y con quien incluso compartía sus fiestas familiares.

El pasado 14 de mayo de 2021, Reyna le dijo a su esposo que Andrés la acompañaría al centro de la ciudad para abastecerse de productos para su local de celulares. Pero ese día la mujer desapareció. 

Su esposo, Bruno Ángel Portillo, un jefe de policía municipal en el Estado de México, comenzó una desesperada búsqueda que inició con un infructuoso interrogatorio a Mendoza.

Se dio entonces a la labor de rastrear las ubicaciones del celular de su esposa y revisar los videos de seguridad pública. Las imágenes lo llevaron a saber que González estuvo cerca de la vivienda de Mendoza, pero no quedaban claros sus últimos pasos.

Como último recurso, Portillo confrontó a Mendoza, se presentó a la vivienda junto con todo un operativo y pese a las resistencias y amenazas del feminicida, los uniformados se encontraron con una escena dantesca. 

"Está destazada, jefe. O no sé que pedo pero aquí hay algo. Sí jefe si es. Afirma es una mano humana, ahuevo es ella, es mi mujer. Aquí está su bolso, es mi esposa jefe", se escucha decir a Bruno Portillo al momento de localizar a Reyna desmembrada 

Pero el horror no terminaría ahí, Andrés tenía un cuarto subterráneo en el que había enterrado al menos a 17 mujeres, un niño y un hombre, según las primeras investigaciones. Es el mayor feminicida serial que se conozca hasta la fecha en México.

Tras ser detenido, incluso confesó que había comido carne de sus víctimas, por lo que fue bautizado "el caníbal de Atizapán".

El día de su captura 

Julio César Gil, policía de Atizapán, explicó que el día de la detención de Andrés "N", estaban circulando sobre calles aledañas al domicilio del asesino.

Al llegar al lugar, luego de un reporte de una femenina sin vida, los uniformados se encontraron con Bruno forcejeando en el suelo con Andrés, por lo que de inmediato se bajaron a auxiliarlo. 

"Nosotros pensamos que era una pelea de vecinos, nunca nos imaginamos algo así", declaró Jorge Vázquez, policía de Atizapan 

Andrés tuvo que ser esposado y subido a una patrulla y según policías, dijo que él "no sabía que estaba pasando". Después, los mismos policías acordonaron el área y dejaron que la Fiscalía siguiera con el protocolo. 

Los hechos ocurrieron en el número 14 de la calle Margaritas, en la colonia de Lomas de San Miguel. 

Un vecino "buena onda" y los 4 mil 600 restos óseos 

Mendoza Celis, originario del estado de Oaxaca, llegó a a la capital del país en la década de 1980.

Se sabe que en el pasado atendió una carnicería en Atizapán, pero en años recientes era mejor conocido por su activismo político vecinal, promoviendo la mejora del barrio y programas sociales.

Es por eso que los vecinos de su calle han dicho a la prensa que "el Chino", como le decían, era "buena gente", alguien cordial y con disposición de ayudar a los demás.

Luego de su captura, las investigaciones de la Fiscalía determinaron que Mendoza cometió sus feminicidios en las últimas 3 décadas. 

Con engaños o por la fuerza, llevaba a mujeres a su domicilio para quitarles la vida. No se sabe sí cometía violencia sexual, pero sí que desmembraba los cadáveres y los enterraba bajo el suelo de una habitación subterránea de su vivienda.

Se sabe que frecuentaba bares en los que intentaba seducir mujeres y pagaba por su compañía. El rechazo, por su edad o por su apariencia, lo tomaba muy mal y entonces actuaba en una suerte de "venganza".

También había atraído a algunas mujeres a su vivienda haciéndose pasar como facilitador de programas sociales, por lo que convenció a varias víctimas para que lo acompañaran.

La Fiscalía del Estado de México informó este lunes que en total han recolectado 4 mil 600 restos óseos en la casa de Mendoza, correspondientes a 17 mujeres y dos hombres, uno de ellos un menor.

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