Las autoridades de Estados Unidos alertaron de que en dos años las organizaciones criminales de México lograron dominar el mercado ilegal de fentanilo en ese país, de acuerdo con un reporte de la Comisión de Lucha contra el Tráfico de Opioides Sintéticos.
El documento expone que la Administración para el Control de las Drogas (DEA) encontró que la cantidad de píldoras falsificadas incautadas aumentó más de siete veces, pasando de 2.6 millones en 2019, a más de 20 millones en 2021. El 71 por ciento del producto asegurado fue elaborado con técnicas de producción consistentes con la fabricación de grupos mexicanos.
Sin embargo, en nuestro país, en los primeros tres años del actual gobierno federal el decomiso de fentanilo creció 525 por ciento, con casi tres mil 500 kilogramos, lejos de los 559 kilogramos incautados en los últimos tres años de la administración anterior, lo que equivale a mil 398 millones de dólares de pérdidas para el crimen organizado, según cifras de la Defensa Nacional.
El tráfico de opioides sintéticos aumentó, en parte, debido a su bajo costo: es más barato fabricar ilegalmente fentanilo o un análogo que cultivar amapolas, extraer las materias primas de ellas y producir heroína.
En el documento entregado en la Casa Blanca, la DEA concluyó que la gran mayoría de los opioides sintéticos ilegales se producen en México, bajo la supervisión de las Organizaciones Criminales Transnacionales (TCO, por sus siglas en inglés).
Las autoridades estadounidenses indicaron que, ante la crisis de consumo de estupefacientes, las TCO mexicanas “seguirán siendo la principal fuente de suministro de fentanilo que llega de contrabando, utilizando precursores principalmente de China”.
El fentanilo procedente de México suele tener una pureza muy baja, por lo general, en forma de polvo, alrededor o ligeramente por encima de 10 por ciento, pero ahora representa casi todo el producto que las fuerzas del orden han incautado desde finales de 2019.
Las autoridades estadounidenses sugieren que el gobierno mexicano debería ejercer mayor control en las partes del territorio nacional donde las TCO tienen un bastión, aunque también indican que será difícil detener esta actividad ilegal, debido a que las medidas de austeridad han restringido la capacidad institucional del país.
PAL