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¡Amor al ritmo! Baile une sueños de abuelitas y madres en Jalisco: "Sí nos duelen las rodillas, pero no le hace"

En la plenitud de su edad, un grupo de mujeres hallan en la danza una forma de recuperar los anhelos que el machismo opacó en sus años de juventud

NACIONAL

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COLOR Y TRADICIÓN. El grupo de danza disfruta poner coreografías de la música regionalCréditos: Adriana Luna

En su juventud les encantaba bailar. Después se casaron y tuvieron hijos, se dedicaron al hogar o a trabajar y sólo bailaban “con el trapeador”.

En muchos casos, los esposos no sabían bailar, y ni pensar que las dejara pertenecer a un grupo de danza para que otras personas las vieran disfrutando de su pasión por la música.

Ahora, envejecidas, tras enviudar algunas, han decidido sonreírle a la vida bailando al ritmo del Jarabe tapatío y el Son de la negra.

Estas mujeres septuagenarias olvidan cualquier dolor con la música mexicana que enmarca su zapateado; con alegría, ondean sus largas faldas multicolores disfrutando de los aplausos del público que las observa.

Ahora son sus nietos quienes aplauden sus pasos de baile y las estimulan a que disfruten de su hobbie: “Somos bisabuelas. Yo tengo seis bisnietos, y nos sigue gustando el baile”, asegura Josefina Llamas, de 70 años.

El amor al baile nos mueve. Escuchamos la música y de inmediato quiere uno bailar. Así que busco dónde enfocar esa pasión. Bailamos sones, guaracha, hasta rock”, explica Eduwiges Godínez, mejor conocida como Vicky, de 79 años.

ALEGRÍA. Ellas mismas diseñan su vestuario para los bailes (Foto: Adriana Luna)

“¡Somos un despapaye! Ya ni queremos hacer quehacer en la casa. Queremos andar bailando. Antes fue puro trabajar y trabajar. Yo era costurera, trabajé 32 años de costurera y atendiendo a mis hijos”, añade.

Por el machismo durante varias décadas no pudieron disfrutar de su pasión por el baile. Sus esposos les prohibían ser parte de un grupo de baile regional, porque “¡cómo las iban a observar otros hombres!”.

“A mí me gustaba el baile desde soltera, pero no me dejaban. Es mi debilidad. Luego me casé y me dediqué a criar hijos. Ahora, soy viuda y tengo 16 años que voy al baile”, explica Leticia Bernal. de 77 años.

Sí nos duelen las rodillas, pero no le hace. Formamos parte de dos grupos, uno folklórico y de danzón”, detalla Leticia.

MÚSICA Y MOVIMIENTO

Ellas con gusto acuden a las clases para aprender las coreografías que les enseña la maestra Patricia, en el ballet folklórico Qosoq, integrado por mujeres de la tercera edad, que se reúnen a practicar el baile en la colonia Atlas, de Guadalajara, y en el fraccionamiento Bugambilias.

“No nos pagan, vamos por gusto a bailar. Compramos nuestras botas e indumentaria, o a veces la hacemos. Para nosotros es satisfactorio. Mi hermano decía: ‘Ustedes oyen música con un bote y le bailan’”, menciona Teresa Torres, de 74 años.

¡Es un hobbie! Me gusta cantar y bailar. Antes en la casa bailábamos cha-cha-cha con el trapeador y ahora, con nuestras amigas del grupo”, afirma.

Guadalupe Carbajal, hasta ahora en su tercera juventud cumple el sueño de su vida: bailar.

“Yo tenía el sueño de bailar, pero mi familia era de recursos económicos muy humildes. Nunca lo pude lograr cuando fallecieron mis padres y crecieron mis hijos. Ahora tengo la oportunidad de realizar mi sueño perteneciendo al Grupo Alma Joven, de la colonia Rancho Nuevo”, sostiene.

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