Se acaba el tiempo para Melissa Lucio, la mexicana condenada a pena de muerte en Texas.
A dos días de ser ejecutada en Texas, su caso está siendo examinado por la Junta de Indultos y Libertad Condicional, mientras que activistas, organizaciones religiosas, familiares, líderes de la cámara y el senado, no logran frenar su fatal desenlace.
“Está en paz con la decisión, dolida y más que nada preocupada por sus hijos, por cómo esto los va a impactar, pero está esperanzada. Ora todo el tiempo, deja todo en manos de Dios”, declaró uno de sus 14 hijos en entrevista con Univisión, sobre cómo se encuentra Melissa a unas horas de recibir su pena.
De no frenar este trágico final, la hispana sería ejecutada este miércoles 27 de abril en punto de las 18:00 horas, condenada por haber matado a su hija Mariah, de 2 años, y haberlo confesado en un interrogatorio “plagado de irregularidades”, declaratoria producto de la presión policial hace más de una década.
Nuevas pruebas demostrarían que la pequeña no murió por abuso, sino por golpes producto de una caída por las escaleras. Casi la mitad de los jurados que tomaron la decisión en el caso dicen que hoy, si tuvieran esas evidencias en la mano no habrían condenado a la mujer de 53 años.
La respuesta de la Junta de Indultos y Libertad Condicional tendría que darse a conocer en las próximas 48 horas para frenar o aplazar su castigo.
La ejecución sería la primera de una mujer hispana en Texas, y ha atraído mucha atención debido a nuevas pruebas y testimonios de expertos que arrojan fuertes dudas sobre su culpabilidad.
“Será un error histórico e irreversible por parte del estado de Texas si seguimos adelante con esto”, dijo el representante estatal Jeff Leach, un republicano del norte de Dallas que ha sido una de las principales voces en Texas instando a detener la ejecución para el New York Times. “Nunca he visto un caso más preocupante que el de Melissa Lucio”.
Las objeciones a la ejecución de Lucio resaltan las fallas del sistema de justicia penal de la nación, incluida una confesión dada después de al menos 6 horas de interrogatorio, sin comer, beber, o ir al baño, estando embarazada y en estado de shock -por haber perdido a su pequeña-, evidencia presentada como científica que desde entonces ha sido cuestionada.
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