EUFROSINA CRUZ

"Que nunca más una niña llore porque alguien definió su destino": enfrentó la discriminación, llegó a diputada y ahora lucha contra los matrimonios forzados

Actualmente la activista busca frenar la violencia que se esconde detrás de los usos y costumbres que lejos de aportar identidad a su comunidad, violentan los derechos de las mujeres

NACIONAL

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Matrimonios arreglados, imposibilidad de participar en la vida política y someterse a las decisiones de los varones es la realidad en la que nació Eufrosina Cruz Mendoza; sin embargo, lejos de aceptarla, decidió desafiar las reglas milenarias para modificarla y de paso ayudar a miles de mexicanas a cambiar su suerte.

Eufrosina, “La China”, es una mujer indígena que nació en Santa María Quiegolani, Oaxaca, pero a los 12 años salió de su comunidad para continuar estudiando y así evitar que los hombres dictaran el curso entero de su vida, tal como lo hacen con la mayoría de las mujeres que viven en la sierra zapoteca

Más tarde, ya como contadora pública soñó con ser presidenta municipal, un esfuerzo que la llevó a resultar vencedora en las contiendas del 2007; no obstante, los usos y costumbres de Quiegolani irrumpieron su victoria y anularon todos los votos a su favor. Las leyes tradicionales dictaban que las mujeres no podían ser elegidas a ningún cargo.

A pesar del duro golpe de discriminación, Eufrosina no se dio por vencida y comenzó una batalla que la llevó a convertirse en diputada federal, cargo bajo el cual impulsó una iniciativa para garantizar que los derechos electorales de las mujeres se convirtieran en un decreto constitucional.

Eufrosina decidió contar su historia de rebeldía en su libro “Los sueños de la niña de la montaña”, con el que anhela que cada mujer que lo lea construya su propio destino. En entrevista con El Heraldo Digital, expresó que su sueño es que “todo México” adquiera su primera obra.

“Entendí que mi historia es la historia de miles de mujeres en este país que la vida y las circunstancias le han dicho un no por tu origen, un no porque eres mujer, un no porque eres niña, un no porque no es condición social. En este libro desafío esos ‘nos’: de 100 ‘nos’ que le dijeron a la niña de la montaña, ella fue por ese ‘sí’ que estaba invisibilizado”, comentó.

“Que nunca más una niña llore abajo de una cobija porque alguien ya definió su destino, que ella defina su destino y que sepa que puede llegar hasta donde ella quiera” agregó.

Hoy la activista busca frenar la violencia que se esconde detrás de los usos, costumbres y códigos ancestrales que lejos de aportar identidad a su comunidad, violentan los derechos de las mujeres.

“Estoy pidiendo que se adicione un capítulo nuevo al código penal federal de mi país para que los matrimonios forzados ya sean sancionados, visibilizados, sea un delito grave y que ya nadie se ampare en las prácticas o en la cotidianidad para solapar o permitir ese tipo de cosas”, afirmó.

Por otro lado, Eufrosina reconoció que aunque “falta mucho” por hacer en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres indígenas, los avances comienzan a verse en comunidades como Quiegolani.

“Yo creo que nos falta mucho pero también hemos avanzado, o sea, hoy el que yo esté contando que esta niña nunca tuvo chance de comprar un libro y hoy tenga su libro, el que hoy las mujeres formen parte de las sesiones de la comunidad y el que ya haya niñas convirtiéndose en profesionistas que ya eligen su destino, para el entorno no significa mucho, pero para mí significa romper paradigmas de muchos siglos”, declaró.

Eufrosina, como mujer y como indígena oaxaqueña, sigue luchando por abrir espacios desde su trinchera para tener las mismas oportunidades y obtener el respeto por la dignidad única de las personas, especialmente de las mujeres.

“Si te quedas quieta, la vida se queda quieta, así que hoy les digo a las mujeres: no dejen que la vida se quede quieta, vayan por sus sueños, arrebaten eso, porque nada se crea por arte de magia, nada se construye por arte de magia, nadie te lo va a dar de a gratis hay que ir por ello”.

Tlayudas en el AIFA

El pasado lunes 21 de marzo del 2022 se desató una polémica porque durante la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, una mujer instaló un puesto para vender tlayudas al interior de la terminal aérea. Ante algunos de los comentarios que derivaron de ella, Eufrosina expuso lo siguiente:

“La tlayuda está chingona, ¿el sabor no? que prueben la tlayuda. Yo creo que el tema no es la tlayuda, yo creo que es el sabor, el rostro y que quienes no han comido una tlayuda, los esperamos en Oaxaca. El tema es otro, el tema debió haber sido otro que creo que está en otra agenda, no en la agenda de la tlayuda”, dijo entre risas.

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