JULISSA ARCE

Emigró, vendió churros, fue a la universidad, conquistó Goldman Sachs indocumentada y ahora harán una serie de su vida

Con 27 años Julissa Arce logró convertirse en vicepresidenta de la poderosa firma financiera, que a pesar de las constantes evaluaciones y filtros, nunca descubrió su estatus migratorio

NACIONAL

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Las metas y los sueños son cosas diferentes: mientras que en una meta enfocamos todos nuestros esfuerzos para alcanzarla, los sueños despiertan nuestra alegría y encienden nuestra imaginación; hay quienes no descansan y arriesgan todo para lograr ambos.

Tal es el caso de Julissa Arce, una mujer originaria de Taxco, Guerrero, cuya asombrosa historia ha cautivado a muchos, desde su llegada a Estados Unidos como inmigrante indocumentada, hasta su paso por Wall Street, el corazón financiero de Nueva York.

Taxco es famoso por su gran tradición minera, actividad a la que se dedicaban los padres de Julissa, quienes viajaban con frecuencia para vender joyas en Texas. Finalmente se establecieron en San Antonio, y Arce se unió a ellos con una visa de turista cuando tenía 11 años; sin embargo, cuando cumplió 14 su permiso para permanecer en Estados Unidos expiró, convirtiéndose en una de las 11 millones de personas indocumentadas en ese país.

“En ese momento no sabía lo que significaba eso o qué consecuencias podría tener para mi vida, pero unos años después todo se reveló. A pesar de que tenía muy buenas calificaciones en la preparatoria, no podía entrar a la universidad. Esa fue la primera vez que me di cuenta que no importaba cuántas ganas le echaras a algo, tu estatus migratorio siempre dictaba qué sí y qué no podías hacer”, declaró Julissa en entrevista con El Heraldo Digital.

No obstante, ese mismo 2001 el destino jugó a su favor, pues semanas antes de que las instituciones académicas iniciaran clases, Texas aprobó una ley que hizo posible que los estudiantes indocumentados del estado asistieran a universidades públicas. Solo así fue aceptada en la Universidad de Austin, pero sin apoyo económico.

Además de la venta de joyas, los padres de Julissa tenían un puesto de churros. En una ocasión, su madre sufrió un accidente que hizo que la familia de Arce se regresara a México, dejando a la joven en Estados Unidos a cargo del negocio. Esto significaba que cada viernes al salir de clases Julissa debía tomar un autobús hasta San Antonio para vender los postres todo el fin de semana, pues con las ganancias pagaba las colegiaturas de su universidad.

“A veces cuando me pongo a pensar digo ‘¿cómo le hice?’, ni yo solita creo cómo, porque era mucho cada fin de semana. Cuando otras personas tenían el tiempo para estudiar, descansar y divertirse, yo estaba en friega trabaje y trabaje. En el autobús yo me ponía a hacer mi tarea porque era mucho trabajo de la escuela, yo tenía que hacer en 4 días lo que otra gente hacía en 7, pero lo hice”, recordó la joven entre risas.

No obstante, después de un tiempo, el gobierno de San Antonio ya no le otorgó permiso para continuar vendiendo churros, por lo que Arce necesitaba encontrar un nuevo trabajo, lo que la orilló a tomar una decisión que pondría en riesgo su estancia en el país norteamericano.

 “Yo había comprado unos papeles falsos, una green card y un social security number que los compré cuando tenía como 19 años, y los usé para trabajar en Victoria´s Secret porque necesitaba dinero para seguirle”, declaró Julissa.

Llegó el momento en que Arce debía realizar prácticas profesionales para ganar experiencia laboral y Goldman Sachs, uno de los grupos de banca de inversión más importantes del mundo, pintaba como la opción perfecta para ello. Así fue, logró conquistar el corazón financiero de Nueva York como pasante, donde logró impresionar tanto que pronto le ofrecieron un trabajo de tiempo completo como analista. 

Sin embargo, cayó en cuenta de que para ingresar a la firma tendría que mostrar formas de identificación emitidas por el gobierno, momento en el que lo arriesgó todo y presentó los mismos documentos apócrifos que había utilizado antes.

“Nunca pensé utilizar esos papeles en una compañía como Goldman Sachs, o sea ¿a quién se le ocurre? Sí me dio mucho miedo hacerlo porque decía: si se dan cuenta me van a deportar, me pueden meter a la cárcel, voy a ir a un detention center. Me daban ataques de pánico, pero me metía al baño, respiraba, oraba a Dios y decía ‘yo puedo’”, reveló Arce.

Gracias a su desempeño sobresaliente en la empresa, poco a poco la fueron ascendiendo hasta que con 27 años logró convertirse en vicepresidenta de la poderosa firma financiera, quien a pesar de las constantes evaluaciones y filtros, nunca descubrió el secreto de la guerrerense.

“Yo hacía todas esas cosas y era como una locura, porque yo sabía, estaba convencida y consciente de que no tenía los papeles para poder aplicar, pero sentía que si no lo hacía la respuesta ya era no. Por el mismo racismo que existe en este país nunca se imaginaron que una persona indocumentada iba a presentar papeles en una compañía como Goldman Sachs. Ellos piensan: ‘fuiste a la universidad y hablas bien inglés’, ni se les ocurre que no soy de aquí”.

Fue hasta su primer matrimonio en el 2009 cuando Arce se convirtió en ciudadana legítima, la única forma en la que pudo poner fin de forma permanente a su “jaula dorada” en Estados Unidos.

Paradójicamente la anhelada tarjeta verde la dejó en libertad para salir de Wall Street, preguntarse a sí misma qué era lo que le gustaba y fijar su verdadera misión: ayudar a jóvenes inmigrantes y cambiar la forma en la que se ve a las personas indocumentadas en Estados Unidos.

Actualmente, además de ser escritora y conferencista, es presidenta de su propia asociación: Ascend Educational Fund, un programa para estudiantes indocumentados, que desde el 2012 ha brindado más de medio millón de dólares en becas.

Hoy ya cuenta con tres libros en los que narra su autobiografía, los retos y los obstáculos a los que se enfrentó como joven indocumentada en el país estadounidense: "Entre las sombras del Sueño Americano" (2016); "Alguien como yo" (2020); y “You sound like a white girl” (2022). 

La activista nos adelantó que su asombrosa historia pronto será llevada a la pantalla chica como una serie, y ya trabaja con casas productoras más grandes para llevar a cabo otros increíbles proyectos.

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