Rescato esta definición por el tuit del pasado 26 de enero de la profesora Sofía Charvel con respecto a la situación del historiador Pedro Salmerón. “(…) Nada de empatía y solo politiquería.” Esta frase resume el trato que se le ha dado en Palacio Nacional a las denuncias de acoso en contra de funcionarios de la 4T.
Politiquería; nombre femenino; acción y efecto de politiquear. Politiquear; verbo intransitivo; tratar la política con superficialidad.
El 17 de enero la Secretaría de Relaciones Exteriores dio a conocer en un comunicado que Salmerón había sido designado como el siguiente embajador mexicano en Panamá. La constitución establece que esta decisión le compete únicamente al Presidente. Sí, el mismo Presidente cuya base afirma tener actualmente “el Gobierno más feminista de la historia”. Ante el anuncio en redes entró en tendencia el hashtag #UnAcosadorNoDebeSerEmbajador acompañado de una ola de desaprobación.
Salmerón fue profesor del departamento de Ciencia Política del ITAM. En el 2019 renunció después de que se publicaran, en redes, declaraciones de acoso en su contra. Ante las críticas hacia el Presidente por la decisión de querer nombrarlo embajador, él afirmó que jamás hubo denuncias formales. Sin embargo, tanto Charvel como el profesor Alberto Simpser confirmaron en su momento la existencia de las denuncias. A pesar de que Salmerón renunció antes de que se pudiera llevar a cabo el proceso, la resolución del Instituto establece que sí hubo acoso, hostigamiento sexual y violencia de género. Las autoridades también afirmaron que jamás lo volverían a contratar. Él, desde su cuenta de Twitter, sostuvo que las acusaciones eran falsas.
Con el propósito de esclarecer lo sucedido, Carmen Aristegui permitió una réplica de Salmerón en su programa. Las alumnas también fueron invitadas a participar. Seis de ellas sí llegaron. Él, de nuevo se negó a dar la cara y no se presentó.
Por otra parte, en el 2020, Estefanía Veloz comunicó a través de su cuenta de Twitter que ocho militantes de Morena se reunieron para denunciar por acoso a Salmerón, también militante del partido. La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, órgano morenista encargado de investigar este tipo de hechos, determinó que no haría una investigación por falta de valor probatorio.
No es la primera vez que AMLO se pone del lado del victimario. Félix Salgado Macedonio pautó el trato que se le da a las víctimas contra el agresor. A ellas no se les cree; a ellos se les defiende a capa y espada.
Afortunadamente, la decisión de asignar a Salmerón embajador se anunció antes de tener el beneplácito. La Cuarta Ola, la organización feminista estudiantil del ITAM, emitió un comunicado pidiendo que se reconsiderara el nombramiento. Al parecer la presión en redes, junto con la atención de los medios panameños, dieron los frutos necesarios y la canciller Erika Mouynes rechazó la posibilidad de que el historiador fuera embajador. El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, reiteró su apoyo a la decisión de Mouynes el pasado viernes 4. A su vez, exigió que se respetara la soberanía de su país luego de que AMLO acusara a la canciller de actuar como “la Santa Inquisición”.
La impunidad de los violentadores reina en el sexenio de López Obrador. Pero al menos el gobierno panameño escuchó y se pudo ganar esta batalla. El triunfo es de las alumnas y exalumnas, de las militantes de Morena, de aquellas que levantaron la voz exigiendo justicia ante un Gobierno que se rehúsa a escucharlas, a creerles. Un Gobierno para el que las denuncias no son más que politiquería.
IL