QUE NADIE NOS OLVIDE

En el feminicidio de Diana Celina están involucrados una empresa estadounidense, dos fiscalías y mucha gente en silencio

Diana Celina fue asesinada el 21 de diciembre de 2019 en Puebla, una empresa de talla internacional niega información para esclarecer el caso

NACIONAL

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Feminicidio Diana Celina Hernández González | Puebla, México

Diana Celina González Hernández salió de Álamo, Veracruz, el pueblo que la vio crecer, para poder alcanzar un sueño; el de estudiar y ser una profesional con la posibilidad de viajar al extranjero y conocer el mundo; no lo logró, aunque el esfuerzo y la dedicación no faltaron por conseguirlo, a ella la asesinaron.

La ciudad que eligió para forjar el camino de sus sueños fue Puebla, la capital del estado con el mismo nombre que en 2021 terminó siendo la undécima entidad con más delitos de feminicidio en el país con 37 registrados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Fue en 2012 cuando la joven Diana llegó al estado vecino al suyo para estudiar en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), para cursar la licenciatura en Comercio Internacional. Al ver el entusiasmo y la capacidad que tenía, su familia no dudó ni un segundo en apoyarla.

María de Lourdes Hernández, su madre, recuerda que su hija de 25 años siempre fue de reconocimientos de primer lugar, era la niña elegida en las olimpiadas del conocimiento; “a mí me daba mucha emoción ver que ella tenía esas ganas en todo, entonces pues yo la apoyé y dije qué bueno, cómo madre quiero que salga adelante, que sea más que yo todavía, que aprenda, que conozca”, relata.

A Diana no le costaba trabajo hacer amigos, su proceso de adaptación en Puebla fue rápido, tanto en la universidad como en la pensión en la que habitó en sus años de estudiante, en los periodos vacacionales se iba a Álamo para ver a su familia y ellos constantemente viajaban a Puebla para poder estar con ella.

Para 2016, cuando ya había terminado la carrera, inmediatamente comenzó a trabajar en una empresa de logística. Le gustaba mucho la responsabilidad y las tareas que ahí realizaba. Durante la estancia en su primer trabajo, las cosas no fueron diferentes a lo que Diana tenía acostumbrados a quienes la rodeaban, de inmediato con su inteligencia llegó a adaptarse y con su carisma a ganarse a sus compañeros. Le contaba a su madre lo mucho que aprendía y la forma en la que desarrollaba sus labores.

Una empresa trasnacional cómplice de feminicidio

Pasado algún tiempo, un excompañero de la BUAP, Eduardo Sánchez González,  comenzó a plantearle la posibilidad de cambiarse de empresa a una trasnacional en la que le iban a pagar más y en la que podría cumplir su sueño de viajar, por el carácter extranjero de la compañía.

Motivada por esas promesas, Diana llegó a Jas Forwarding, en efecto, una empresa global que se describe como “líder” para mover mercancías en todas partes del mundo y llevarla a un destino de forma eficaz, en su página web menciona que tienen presencia en más de 90 países, su oficina matriz está en Atlanta, Georgia.

La llegada a este lugar no le convenció del todo a la señora Lourdes, aunque en efecto el sueldo era mejor y parecía ser el sitio en el que Diana podría llevar a cabo sus sueños, había situaciones que lo lograba entender, recuerda que en ocasiones pensó que al ser Puebla gran ciudad y ella estar en un pueblo pequeño, había cosas que no alcanzaba a comprender.

Una de esas situaciones tenía que ver con la convivencia entre compañeros, pues Diana le contó que lo que no le gustaba de la empresa era que ocasionalmente tenía que pagar el consumo de sus compañeros -de comida, alcohol y botanas-  por una semana, “no me gusta, pero lo tengo que hacer”, le dijo a su madre.

Resulta que entre los empleados había una especie de “regla” en la que cada semana los compañeros se turnaban para pagar la cuenta de todo el grupo, lo anterior era de conocimiento de los supervisores, pues incluso algunas de las reuniones, en las que se consumía alcohol, se realizaban en las instalaciones…Fueron siete meses los que Diana laboró en dicha empresa de prestigio internacional. 

El convivio por las fiestas decembrinas

Todos se preparaban para las fiestas decembrinas de 2019, el equipo de Puebla, incluida Diana, acababa de regresar de una posada en Guadalajara y al volver se organizaron para otro festejo. Para el día 20 se había concretado un intercambio y un convivio dentro de la oficina; la joven acostumbraba a mandar fotos e informar todo lo que pasaba a su madre, ese día lo hizo y en esas imágenes la señora Lourdes vio algunas botellas de licor.

Los compañeros de trabajo siguieron la fiesta y se dirigieron al bar karaoke Cantabria, pero no fueron solos, también un acudió un invitado de Octavio Sebastián, colega de Diana. De hecho y a pesar de no ser miembro de Jas Forwarding, este sujeto entró al edificio a convivir, su nombre Sergio Alonso.

Una vez en el bar y por videos que proporcionó el dueño del establecimiento directamente a la familia y no a la fiscalía, porque “no los han pedido”; se puede ver al grupo de forma normal hasta que Sergio sacó una botella de ron marca Bacardí. No se sabe con exactitud si fue adquirida en Cantabria o la traía consigo, lo que sí es que inmediatamente después de que Diana tomó de ella se descompuso totalmente, al no haber ninguna investigación de ello, la familia no puede asegurar que el líquido estuviera alterado, pero doña Lourdes considera que así fue.

Con la joven completamente fuera de sí, los videos registraron el momento en que Sergio la saca del lugar y se la lleva, mientras, Eduardo Sánchez -el compañero que invitó a Diana formar parte de la empresa- tomó su chamarra y su celular, los videos lo registran; sin embargo, jamás ha admitido haberlo hecho, todo ocurrió alrededor de las 00:35 del 21 de diciembre.

Para celebrar la Nochebuena, la familia González Hernández tenían planeado acudir a visitar a Diana, ella había dispuesto todo para esa noche y se mantenía en constante comunicación con su familia para ultimar detalles de la cena y contarles que para que todos pudieran estar juntos, había rentado un departamento, así que las llamadas comenzaron a surgir la mañana del sábado 21, pero no hubo respuesta de la joven.

Una fiscalía que miente

Las horas pasaron y no se sabía nada de Diana, la familia comenzó a asustarse y a través de redes sociales llegaron a las personas que habían estado con ella, dieron con Manuel Cuautle, quien al ser contactado, en un principio dijo no conocer a nadie con el nombre de Diana y tras insistirle, confesó que había salido de ese bar acompañada de Sergio.

Doña Lourdes, su esposo y un tío de Diana viajaron de inmediato a Puebla y comenzaron a buscar a la joven de 25 años; fueron a Jas Forwarding y le pidieron a Octavio Sebastian que los llevará hasta la casa de Sergio, quien se sabía había salido con Diana. Él aceptó, pero hasta el momento no se sabe por qué condujo a la familia a un domicilio que no correspondía.

Mientras todo esto ocurría, la denuncia ya se había presentado ante las autoridades correspondientes y entre los trámites, el celular de la madre de Diana sonó, era un mensaje en el que le enviaban la fotografía de quien presuntamente era Sergio, se trataba del cuerpo de un hombre.

“Al poner la denuncia yo no sé cómo es que a mí me llega una foto, no tengo la menor idea, se lo digo sinceramente, porque no tenía yo cabeza en ese entonces, estaba totalmente bloqueada, me llegó la imagen de Sergio, yo no sabía que era él, pero me llegó la imagen de un individuo dentro de un carro y estaba muerto”, recuerda.

 

El personal de la fiscalía de Puebla le dijo a la familia, sin antes hacer una investigación o acudir al domicilio de Sergio para buscar a Diana, que Sergio había muerto, "se mató porque estaba loco, padecía esquizofrenia, vio cómo mataron a su papá de niño”.

“Le digo 'no, dónde está mi hija, porque a mí no me interesa lo del tipo, a mí me interesa dónde está Diana, no me interesa si el tipo estaba loco, no, yo quiero a mi hija'”.

 

Lourdes no se quedó con aquella versión que había obtenido ante las autoridades, regresó al hotel donde se estaba hospedando y comenzó a pedir ayuda a los poblanos a través de grupos de Facebook, fue así como dio con el verdadero domicilio de Sergio, Paseos del Bosque Lomas del Ángel número 84, con el carro Mazda negro placas UBF-46-63 de Puebla en el que él se transportaba y supo quiénes eran sus padres; descubrió que su papá estaba vivo y no muerto como le habían dicho en la fiscalía.

Con toda la información que recabó la familia pidieron a la fiscalía revisar las cámaras del C5, sí lo hicieron, pero de 2010 al 2015... No se pudo con las cámaras, la familia lo dejó así, pero pidió en calidad de urgente el cateo de la casa, porque Diana podía estar en el lugar.

Se logró el cateo, pero ahí no estaba la joven, lo único que se halló fue un ticket de compra de Home Depot en un bote de basura y manchas de sangre en el baño y en unas columnas. Ese documento marcaba que se había hecho la compra de una caja de bolsas negras, cinta gaffer y una paleta Payaso. Los videos de seguridad de dicho establecimiento confirman que fue Sergio quien realizó la compra el 22 de diciembre.

“Llega en su carro en el Mazda negro, de hecho, queríamos ver si iba acompañado de una persona, pero no, desafortunadamente no se ve que vaya acompañado, él  llega , abre la cajuela del carro, mete lo que compró y saca una bolsa negra del carro y se va rumbo a los contenedores de basura, y ahí la tira, yo quiero pensar que quizá son las pertenencias de Diana, no sé, se me ocurre pensar que eso fue lo que tiró”.

 

Para el 27 de diciembre se recibe información sobre el hallazgo de restos humanos bajo el Puente Quetzalapa, de la autopista del Sol, en Guerrero. Algunos medios de comunicación mencionaban que dichos restos eran de un hombre, con lo que la familia aún guardaba la esperanza de que no fuera Diana.

Se tomaron las respectivas muestras de ADN a los padres de Diana para poder encontrar relación y de acuerdo con la fiscalía, ahora del estado de Guerrero, fueron coincidentes. Con la esperanza de que no fuera la joven de 25 años y con todas las inconsistencias que la familia había vivido, decidieron pedir las pruebas de forma particular. En el viacrucis que implicó reconocer los restos de Diana, personas que se identificaron como abogados y activistas se acercaron a la familia, una de ellas fue Cecilia Cruz, quien se dijo activista y mencionó ya conocer el caso.

La señora Lourdes cuenta que ella pensó que la llegada de la presunta activista, se trataba de una tabla de salvación, lo primero que hicieron fue ofrecerle un buen genetista para descartar las dudas sobre la identidad de los restos, se consiguió un profesional en la materia, no sin antes entregar la cantidad de 50 mil pesos; así llegó el mes de febrero y se confirmó que en efecto eran los restos de Diana.

Entre todo lo que pasó durante la búsqueda de la joven, la familia no dejó de recibir mensajes anónimos, uno de ellos relataba que ella estaba cerca de Sergio, que buscaran a su alrededor. Sergio fue hallado muerto en su Mazda negro, tenía un disparo en la cabeza, algunos medios de comunicación mencionaron que el cuerpo tenía más disparos, también se dijo que había sufrido un accidente, finalmente la fiscalía lo marcó como suicidio; él apareció en una zona muy cercana a donde se encontraron los restos.

¿Qué pasó con Diana?

Nadie puede responder esta pregunta que la señora Lourdes no se para de hacer, el dorso y una mano, es todo lo que la madre pudo encontrar. No sabe más allá porque nadie hace nada. La investigación la hacen por su cuenta, es la familia la que camina, la que recorre, la que es extorsionada y entre más halla, más preguntas surgen.

El chip con el número de Diana fue recuperado, ahí la señora Lourdes pudo desmentir lo que le habían comentado que fue su hija quien invitó a Sergio a la reunión en Jas Forwarding, ella jamás interactuó con él, quien lo llama al convivio fue Daniela Rosas García, pero al preguntar nadie sabe nada.

La exnovia de Sergio fue llamada a declarar y es la única persona que menciona haber hablado con él y deja asentado que le confesó haber cometido “algo horrible que no tiene solución”.

La sábana del celular de Sergio, tiene llamadas con ella y con un familiar, se sabe que se dirigía a Acapulco y que se desvío en Cuernavaca, pero ninguna autoridad siguió el rastro. En información en poder de la madre de Diana, misma que le llegó por medios tan informales como las redes sociales, ella sabe que Sergio tenía relaciones con trabajadores de la fiscalía, incluso aparece en algunas fotografías con placas de esta dependencia.

El cuerpo de Sergio fue cremado sin reparar en hacerle estudios, algún análisis que buscara el ADN de Diana en su ropa, “lo creman, todo lo hacen inmediatamente, y en el forense no retienen la ropa, la entregan, todo lo hicieron como si ya estuviera calculado, si es que el individuo está muerto, porque hasta eso lo hizo, porque digo, bueno, a lo mejor ni está muerto y lo estén haciendo pasar por muerto, no lo sé…” revela la madre.

El derecho a la verdad y la justicia se le ha negado a Diana y a la señora Lourdes en Puebla, en Guerrero, en México. Nadie le da la cara, hay muchos cómplices y pocas respuestas, desde una empresa que cerró las puertas de inmediato a cualquier pregunta y jamás ha apoyado en el esclarecimiento del crimen, hasta autoridades con la urgencia de cerrar el caso, a pesar de todas las faltas y errores que han cometido.

Diana Celina González Hernández. Víctima de Feminicidio 

Escucha más casos de feminicidio en Que Nadie Nos Olvide

Por: Paola Sánchez Castro

Edición: María José Serrano Carbajal 

Diseño: Ana Navarro e Ingrid Almaraz