Estudiantes, madres y padres de familia y amistades protestaron en el edificio central de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) para exigir justicia para Valeria, una alumna menor de edad de la Preparatoria 2 que fue víctima de abuso sexual por parte de otro estudiante, sin que las autoridades hayan tomado medidas para revertir el daño.
Ante decenas de personas que acudieron a apoyarla, Valeria declaró que sus sueños, metas e ideales se han visto sustituidos por ansiedad, trastornos de sueño, ataques de pánico, estrés y depresión, pues el lugar en donde debería sentirse segura se convirtió en un sitio en donde fue acosada y agredida sexualmente.
La alumna de tercer año relató que han pasado más de 30 días del abuso sexual y los directivos del plantel no han tomado una decisión sobre lo que pasará con su agresor, además de que la han sometido a un proceso de revictimización e intimidación.
“La Preparatoria 2 de la UADY no es un lugar seguro para las adolescentes que ahí estudiamos y la directora no nos cree ni nos protege”, sostuvo la joven, quien señaló que su agresor la sigue acosando a pesar de que ya lo cambiaron de salón.
El padre de la víctima acusó negligencia por parte de los directivos
En la manifestación, el padre de la víctima, José Manuel Quiñones, señaló que los directivos de la universidad no están preparados para atender este tipo de violencias sexuales en contra de estudiantes menores de edad, y criticó que ni conocen el actual Protocolo para prevenir, atender y sancionar la violencia basada en género y discriminación, por lo tanto, éste tampoco funciona.
Acusó que el abogado que está representando a la UADY en este proceso, Omar Suárez Piña, no sólo ha revictimizado a su hija constantemente, sino que incluso intentó intimidar a su familia para tratar de que desistan. De hecho, amenazó con que tiene muchos contactos y que hasta tiene el apoyo de la Arquidiócesis de Yucatán.
“La UADY está jugando a ser una Fiscalía, pidiendo pruebas, testimonios y comparecencias cuando hasta el cansancio ya les dije que mi hija ya dijo lo que tenía que decir sobre este caso ante la autoridad correspondiente y existe una carpeta de investigación penal abierta”, señaló.
José Manuel Quiñones declaró que, aunque la UADY le ha pedido que “no hagan revuelo” por este caso, su hija Valeria no va a bajar la cabeza ante nadie, no tiene por qué ocultarse ni cambiar de escuela, ni seguir conviviendo con su agresor, por lo que exigió a las autoridades que tomen cartas en el asunto.
Por su parte, la activista Rosa Cruz Pech, de UADY Sin Acoso, lamentó que los directivos de la preparatoria hayan tratado de justificar la agresión como si fuera algo normal en esta edad “de descubrimiento sexual” o incluso cuestionaron la situación académica de Valeria, “como si por no ser una alumna ejemplar no nos diera derecho a exigir justicia”.
Explicó que mientras protestaban, el Consejo Universitario estaba analizando la propuesta de un nuevo Protocolo que fue elaborado por agrupaciones estudiantiles, la cual plantea que se aplique perspectiva sobre los derechos de menores de edad. En ese sentido, criticó que a pesar de que dicho documento fue entregado hace meses no se ha avanzado en su discusión o aprobación.
Como parte de la protesta, los presentes bloquearon las calles 60 y 57 del Centro Histórico e ingresaron al edificio universitario para exigir una respuesta del rector José de Jesús Williams. Por último, la familia de Valeria adelantó que procederán legalmente contra la universidad porque cometió violencia de género y violencia institucional.
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