De ayudar a sus abuelos en el campo, en Chilapa, Guerrero, Aurelia, una joven indígena de 23 años de edad que en varias ocasiones fue víctima de abuso sexual, pasó a una celda de la cárcel de Iguala, donde se encuentra hace más de tres años luego de tener un parto fortuito.
La Fiscalía estatal la acusa del delito de homicidio en razón de parentesco, que tiene una pena de hasta 50 años de cárcel.
En entrevista con Mente Mujer desde el Centro de Reinserción Social de Iguala, Aurelia aseguró que es inocente y pidió a la jueza dejarla en libertad.
“(A la jueza) le digo que soy inocente, que me deje ir”, enfatizó durante la entrevista.
Para mantenerla en prisión, detalló Verónica Garzón, abogada de Aurelia e integrante del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, las autoridades presentaron la prueba de la docimasia pulmonar que consiste en colocar los pulmones del bebé en agua y si flotan significa que este respiró, es decir, estaba vivo al nacer, según la Fiscalía.
Luego de ser abusada sexualmente por una autoridad comunitaria 25 años mayor que ella, Aurelia huyó de su casa ante el temor de ser castigada porque su abuela le dijo que las mujeres que tenían intimidad sin casarse son quemadas vivas.
La joven, que en ese momento tenía 19 años de edad y nunca tuvo la certeza de estar embarazada, se fue a casa de su tía en Iguala y durante una semana tuvo molestias.
Fue llevada al hospital y después de colocarle un método anticonceptivo sin su consentimiento, la esposaron en la cama; dos días después fue trasladada a la cárcel de Iguala.
Aurelia fue sentenciada a 13 años y 4 meses de cárcel porque fue obligada a aceptar su responsabilidad mediante un procedimiento abreviado.
Al resolver el recurso de apelación, una magistrada ordenó que se repusiera el procedimiento y se prevé que este martes se dicte sentencia en la que una jueza determinará si la joven queda en libertad.
Aurelia aseguró que sus padres casi no la visitan porque viven lejos del centro penitenciario y para obtener recursos económicos, la joven ayuda a otra interna que vende comida en la prisión.
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