TESTIMONIO

VIH: el miedo y la discriminación, factores para no seguir el tratamiento de manera oportuna

En este Día Internacional de la Lucha contra el SIDA es de vital importancia recordar que los antirretrovirales hacen la diferencia entre una vida de calidad y el avance de la enfermedad

NACIONAL

·
La Adherencia al tratamiento al recibir el diagnóstico es de suma importancia Créditos: Frepik.

Han pasado 40 años desde que el SIDA llegó y transformó el mundo, muchas cosas han cambiado desde entonces, mientras que la discriminación, ignorancia y estigmas permanecen casi igual. Recibir el diagnóstico de VIH sigue siendo igual de devastador, esto hace que a veces no se tomen las decisiones correctas, como le ocurrió a Tony, quien decidió no comenzar el tratamiento.

Pese a que atrás quedaron los cócteles de antirretrovirales que tenían devastadores efectos secundarios, pensar en tomar una pastilla diario, para siempre, no es algo fácil de asimilar, como tampoco lo es el saber que pese a "hacer las cosas bien" hay un virus en tu cuerpo que nunca se irá, que tu pareja también lo tiene. El mundo se viene encima y la hecatombe no te deja pensar.

"Si no lo nombras no existe'', pensó Tony y siguió su vida lo más normal que pudo, compartió el diagnóstico con las personas más cercanas y sí, llegó la soledad, en su vida el tiempo regresó a los 80 y vio a la mayoría de sus seres queridos alejarse. Ahora tenía dos situaciones nuevas en su vida: el diagnóstico del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y una repentina soledad.

Pasó casi un año y su salud empezó a mermar, una encefalitis lo afectó terriblemente y los médicos no hallaban la causa, incluso le habían realizado una punción lumbar y estaban por hacerle otra cuando dijo: tengo VIH. Allí estaban las respuestas a su enfermedad.

Tony comparte su historia con la esperanza de poder ayudar a los demás. Foto: captura de pantalla. 

La inflamación del cerebro fue tal que dejó secuelas: una parálisis. En silla de ruedas perdió toda esperanza y sintió que también perdía la vida. Comenzó las rehabilitaciones y empezó a usar andadera, hoy usa solo un bastón y ha recuperado algo de movilidad,  tal vez no la recupere por completo. 

Pero Tony es pura sonrisas y amor, su ángel es enorme y su corazón y valentía más. Por su puesto, surgen las dudas y le pregunté si siempre había sido así de optimista, la respuesta fue que sí, pero que el diagnóstico rompió su vida.

Recordó que en el bachillerato le hablaron de Casa de la Sal, llegó ahí devastado, pero encontró un nuevo sentido a la vida, hoy no odia el VIH, ha aprendido a vivir con él. Llegó roto, pero el calor y comprensión que recibió en la institución lo han "reparado".

Aseguró a El Heraldo de México que estos años han sido muy nutritivos y volvió a nacer. En la casa le han enseñado que la vida tiene mucho sentido, ahora agradece cada día y disfruta cada momento.

"El VIH detuvo la mitad de mi vida"

Tony es comunicólogo de profesión, pero bailarín de corazón, la danza es su pasión, pero la parálisis lo alejó de ella, por eso dice que el VIH detuvo la mitad de su vida.

Hace 3 años recibió el diagnóstico, hace 2 empezó el tratamiento con los antirretrovirales y ahora es indetectable, después de haber llegado a la fase de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

"En esta contienda ha resultado herido, pero no perdí la batalla", aseguró Tony. 

El diagnóstico se viste y se perfuma de soledad, comentó Tony, que asegura que hoy se siente más vivo que nunca, pero aún hay días en que no es nada fácil mantenerse optimista, pues despedirse de su pasión y sus sueños fue un golpe devastador

En Casa de la Sal lo han enseñado a no disciminar, a dar la mano al virus, a arropar a quienes lo padecen, pero sobre todo a encontrar un nuevo sentido a la vida, a pesar de haber perdido las cosas más queridas. 

Busca ayudar mediante su historia

Tony es feliz de poder compartir su historia, pues considera que si con ella puede cambiar una vida, logra su objetivo, pues no quiere que nadie más pase por lo que él, por ello llama a actuar de inmediato al recibir el diagnóstico, adherirse al tratamiento, pues esto hace la diferencia entre una vida de calidad y la fase de Sida.

"Quiero que el camino sea más leve para los demás", sentenció. 

Sabe que no puede detener que haya más infecciones, con su testimonio sí puede lograr que las personas puedan enfrentar su realidad, aceptar su diagnóstico y seguir el tratamiento que los ayudará a vivir bien.

Como bien lo describe, recibir el diagnóstico de VIH es "meterse a un clóset", del que se debe de salir, pues el virus pasa a ser parte de la vida y por ende de la persona que está infectada. Aunque haya mucho estigma alrededor, es necesario nombrar algo que existe desde hace décadas y que diariamente suma infecciones, dolores e historias. 

Después de pasar por un camino de dolor, Tony reflexiona y asegura que el VIH "suena más fuerte de lo que en realidad es", pues parte de los cuidados es llevar una vida más saludable, algo que al final el cuerpo agradecerá. Comprende que el enojo es parte del proceso que se vive tras recibir el diagnóstico, pero sabe que esos sentimientos pueden transformarse en algo positivo.

Algo muy importante que mencionó Tony en la entrevista es que el VIH-SIDA no discrimina, todas las personas están expuestas a él tan solo con iniciar la vida sexual. Sin embargo, sabe que los estereotipos son parte de la enfermedad, pues él mismo los tuvo, así como los prejuicios, señalando que cierto sector de la población son los proclives a infectarse, cuando todos pueden ser el siguiente. 

El camino aún es largo, tanto en el nivel médico, como en el social pero en este último falta muchísimo por recorrer, los obstáculos que rodean la enfermedad lo dificultan, pues "el diagnóstico se viste de ignorancia" y esta mata, lastima y daña incluso más que el mismo virus. 

"Cuando quitemos el estigma del VIH, entenderemos mejor los diagnósticos", aseguró. 

Actualmente, después de tres años de lucha, sabe que todo lo que pasó es por algo, que tiene un propósito y agradece lo vivido, pues lo considera una oportunidad, de ayudar, de cambiar el panorama, pero sobre todo de VIHvir

DMGS

SIGUE LEYENDO

Infancias con VIH: la Casa de la Sal hace "un eco al dolor callado" del estigma y discriminación

Hombre de 66 años se cura del VIH con trasplante de células madre