COMPLICIDAD DE LAS AUTORIDADES

El "Macaco": la historia del narcotraficante que se fugó de una prisión en Sinaloa vestido de policía

Carlos Jesús Salmón Higuera estaba recluido en la prisión de Aguaruto acusado de participar en la masacre de 5 personas en un funeral de Guamúchil y emboscar a 7 policías municipales en El Fuerte

NACIONAL

·
Al interior de la celda tenía Internet, conexiones de luz y hasta rasuradora eléctrica para aseo personal Créditos: Captura de Pantalla / Noticieros Televisa

Faltan 10 minutos para que el reloj marque la 1 de la madrugada en la ciudad de Culiacán, al norte de México. No era grande. Cuatro por cuatro aproximadamente, y una lámpara ilumina con una luz grumosa blanca. El techo es alto, las cámaras de seguridad los vigilan. Las paredes grisáceas, resanadas sin mucho esmero. El cuarto —una celda del Centro Penitenciario de Aguaruto, en el estado mexicano de Sinaloa— no son nada discretos: el plan estaba por consumarse. El piso de cemento está tapizado de restos de comida, bolsas plásticas y mudas de ropa. En el centro hay un inodoro y a lado de éste se encuentra un buró con un módem de Internet y un radio de comunicación, accesorios que en el lugar están prohibidos, pero son lujos que algunos internos se pueden dar. 

Es un domingo de julio de 2018. Jesús Carlos Salmón Higuera, mejor conocido como “El Macaco”, está parado cerca de un colchón, revisando constantemente su celular. Tiene el pelo corto, viste una playera blanca de tirantes y lo que parece ser una bermuda, nada que ver con los uniformes de reo. Voltea a ver a su cómplice: Julian Grimaldi Paredes, quien tiene a su disposición 3 celulares, diversas conexiones para luz y hasta una rasuradora eléctrica para aseo personal. 

Según autoridades, los reclusos tuvieron que pasar seis filtros de seguridad 
Foto: Captura de Pantalla / Noticieros Televisa

Los dos hombres, miembros de grupos criminales antagónicos, estaban pagando su condena por delitos federales, pero esa noche querían salir por la puerta grande. “El Macaco” era jefe de “Los Mazatlecos”, grupo de sicarios vinculados al Cártel de los Beltrán Leyva, apellidos de aquel narco que fue abatido por las Fuerzas Armadas en 2009 cerca de Tepoztlán, en el estado de Morelos. “Grimaldi”, por su parte, era operador financiero del Cártel de Sinaloa, organización criminal que tiene a unos de sus líderes, Joaquin Guzmán Loera “El Chapo”, con cadena perpetua en la prisión de máxima seguridad ADX Florence, en el estado de Colorado. 

En Aguaruto cada segundo valía oro, por lo que nada tenía que salir mal, todo estaba coordinado, los líderes de la orquesta estaban por concretar su máxima obra, emulando las hazañas de criminales mexicanos, a la vista de las autoridades. “El Macaco” y “Grimaldi” revisaban constantemente sus celulares. Minutos antes de que llegara el paquete, uno de los reclusos tomó una bolsa de plástico y comenzó a guardar los objetos que pretende llevarse, con la bolsa en la mano pareciera que estaba ensayando “cómo caminar de manera natural para no ser descubierto”. Su compañero, lo observa, y le hace un ademán en el que parece indicarle que sería mejor guardar los objetos en las bolsas del pantalón. Al final, rompen la bolsa y sacan las pertenencias. 

A pesar de que son observados por las cámaras, ellos sonríen, como si supieran que están protegidos. En otra toma de las grabaciones del penal, una mujer custodio ingresa al cuarto de servicio con un bolsa negra que tenía en su interior el pase de salida para Salmón y Grimaldi. Segundos después, otro vigilante la toma y se dirige a la celda. 

En las imágenes se aprecia como ambos capos todavía fumaron un cigarro y consumieron droga
Foto: Noticieros Televisa

El paquete que habíamos mencionado anteriormente contenía 2 uniformes oficiales y 2 pistolas asignadas a custodios. “El Macaco”, junto con “Grimaldi”, se convirtieron en camaleones, se colocaron la vestimenta oficial por encima de su ropa. Sus objetos los comienzan a guardar en las bolsas de los pantalones. También hubo tiempo para que se fumaran un cigarro e inhalar cocaína. El custodio sube por ellos y bajan al primer filtro de seguridad, un portón que pasaron sin problema y que se abrió con la huella digital del policía.

Siguen caminando. A pocos metros un velador les abre la reja con naturalidad. Ambos sujetos circulan por la comandancia hasta llegar al área de registro de visitantes. Ahí dos custodios los observan y se adelantan al siguiente filtro de seguridad. Uno de ellos abre la pequeña reja y otro se sigue de frente. En una contra toma se aprecia a otro custodio que les abre la última puerta y se une con ellos. En total, 2 custodios, junto con “El Macaco” y “Grimaldi”, suben a un auto compacto.

Afuera del penal, se aprecia como 2 camionetas y otro auto llegan justo al momento en que los reos escapaban. Fueron estos vehículos quienes custodiaron la maniobra, esto para tomar la carretera a Navolato y huir con dirección a Culiacán. 

En conferencia con medios, Fermín Hernández, entonces secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, dijo que a las 03:00 horas el operador del Centro Estatal de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo e Inteligencia (C4i) se percató que 3 elementos vestidos de custodios salieron a un pasillo con “actitud normal”, sin embargo, para esas altas horas de la madrugada, “no es normal que hagan ese tipo de maniobras, de inmediato preguntaron al encargado la identificación de los hombres y les respondieron que eran 3 custodios que desmontan de su turno y van a salir”.

Complicidad y corrupción de autoridades

“El Macaco” ingresó a Aguaruto el 28 de febrero de 2016, estaba a disposición de un juez de primera instancia del ramo penal del Distrito Judicial de Culiacán. Un mes después de su llegada, el 6 de marzo, fue trasladado por razones de seguridad al Centro de Readaptación Social N°8, ubicado en Guasave, de donde fue trasladado el 17 de mayo al Centro Federal N°5 en Villaldama, Veracruz. Vuelve a reingresar a Aguaruto el 5 de junio de 2017, por órdenes del juzgado sexto del Distrito.

Ante este contexto, autoridades del estado, al saber que Aguaruto no tiene las condiciones para tener reos de este nivel de peligrosidad, solicitó el traslado a un penal de alta seguridad, pero no recibieron respuesta. Por otro lado, Grimaldi, tenía un parecido en los antecedentes, ya que él entró a Aguaruto en febrero de 2018. En abril del mismo año fue trasladado a Villaldama, pero lo volvieron a regresar en mayo. También tenía una solicitud para que lo llevaran a un centro de mayor vigilancia, pero tampoco sucedió. 

Fermin Hernández aceptó la participación de policías en la fuga
Foto: @SSP Sinaloa

“Ellos estaban recluidos en un área que tenía mayor certeza de seguridad que el resto de personas que no tienen esa categoría. Aquí suponemos la presunta participación de elementos de custodios porque la fuga se lleva a cabo por la puerta principal”, declaró el secretario de seguridad.

Durante la fuga del “Macaco” y “Grimaldi” se encontraban en labores entre 20 y 30 elementos de seguridad. Un año antes, también se había registrado la fuga de 5 internos en Aguaruto. Se trató de Juan Esparragoza Monzón “El Azulito”, Alfonso Limón Sánchez “El Limón”, Jesús Peña González “El Veinte”, Rafael Guadalupe Félix “El Changuito Ántrax” y Francisco Javier Zazueta. 

Al ser cuestionado por posibles actos de corrupción y complicidad por parte de las autoridades en Aguaruto, Fermín Hernández dijo que el centro penitenciario tiene la infraestructura y las medidas de seguridad necesarias para contener cualquier fuga, sin embargo, si el factor humano falla se tienen esos resultados. 

“Lo que hay que trabajar es el factor humano, atribuible a un caso de corrupción, qué estamos haciendo nosotros como autoridades para que el factor humano falle y suceda esto. Tuvieron que pasar 6 filtros para salir, es imposible que un reo común salga con estos niveles de vigilancia”, sentenció. 

El Macaco fue asesinado en el año de 2018 tras un ataque armado
Foto: SSP

Antecedentes y muerte del Macaco 

Antes de que su nombre se llevara las primeras planas de los periódicos del estado, Jesús Carlos Salmón Higuera tenía dos antecedentes que lo perseguían a lo largo de su vida. Uno de ellos ocurrió en marzo de 2012, cuando en la ciudad de Guamúchil se realizaba el velorio de Armando Salomón Vizcarra, ejecutado en Tepic, estado mexicano de Nayarit. 

Alrededor de las 21:30 horas, un comando armado irrumpió en el lugar y sacó a varias personas, a quienes las obligaron a tirarse al suelo y, una vez sometidas, les dispararon en múltiples ocasiones con cuernos de chivo. 

El saldo oficial fue de 5 muertos y 12 personas heridas, quienes fueron trasladadas a hospitales de la región. Las investigaciones de ese entonces, encabezadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado, permitieron identificar a “El Macaco” como uno de los participantes de la masacre. 

Carlos Jesús fue acusado de participar en la emboscada contra policías del estado
Foto: Especial

El 12 de abril de 2012 un Juez liberó una orden de aprehensión contra Salmón Higuera, misma que se cumplió hasta marzo de 2013, cuando él ya estaba en Aguaruto, acusado de la masacre de 7 elementos de la Policía Ministerial del estado en El Fuerte. 

Por ahí dicen que en este mundo, hay dos caminos: las rejas de una cárcel o la entrada al panteón. La suerte del Macaco se terminó dos meses después de su fuga en Aguaruto, cuando fue asesinado a balazos en el Campo Seis, de la sindicatura de Estación Naranjo, en Guasave. Junto a Salmón Higuera se encontraban los cuerpos de dos hombres, identificados como José Magdaleno "N", de 26 años y César Alberto "N", de 24.  

Poco después de las 2:30 horas las corporaciones policiales recibieron un reporte de que en dicho lugar había ocurrido un ataque a balazos. Al llegar al sitio, los uniformados encontraron un automóvil deportivo Chevrolet Camaro color negro, y a un costado estaban los 3 cadáveres que presentaban diversos impactos de bala. 

A pesar de que "El Macaco" murió, en julio del presente año se reportó la desaparición de Amparo y Carla Oriana, mujeres que fueron identificadas como madre y hermana de Carlos Jesús. Ambas fueron vistas por última vez en su domicilio de la colonia Fresno, en Guasave. 

Tras meses de no saber de su paredero, Amparo, de 52 años y Carla, de 25, fueron encontradas, por lo que la Fiscalía General del Estado notificó la desactivación de las alertas de búsqueda. En breves comunicados, con la leyenda localizada, se dejó sin efecto el proceso.

SEGUIR LEYENDO 

Una jueza pone freno a la incorporación de la Guardia Nacional a la Sedena

“El Kalimba”, el narco que azotaba a mujeres y a quien el karma le cobró una escandalosa factura

Sara Aldrete: la narcosatánica que por cocer a sus víctimas en calderos fue condenada a 600 años de cárcel