La automatización y el desarrollo acelerado de la sociedad, así como la poca actividad física y la práctica de hábitos nocivos para la salud han incrementado la prevalencia de enfermedades crónicas en el país, tales como el aumento de la obesidad, que pasó de 56 millones 589 mil 397 personas (72 por ciento) en 2016 a 71 millones 732 mil 571 (73 por ciento) en 2021.
Mientras que la hipertensión pasó de 19 millones 649 mil 96 mexicanos, en 2016 (25 por ciento) a 28 millones 496 mil 500 (29 por ciento) en 2021, en personas adultas.
Sin embargo, el sedentarismo no sólo ha afectado a la población de más de 18 años, también a los menores, que adoptan los hábitos de los mayores, lo que ha llevado a México a posicionarse como el país con mayor porcentaje de obesidad infantil en el mundo, al tener siete millones 612 mil 580 (35 por ciento de menores) en riesgo de padecerla.
El Heraldo de México informó este lunes que el sexenio pasado se redujo, en programas sociales, la propuesta de ejercicio de una hora a 15 minutos, lo que ha impulsado el sedentarismo.
Al respecto, Jorge Galindo, especialista de Medicina de la Actividad Física y Deportiva de la UNAM, señaló que las medidas de confinamiento por la COVID-19 favorecen el sedentarismo y sus consecuencias negativas.
Situación que lleva a las personas físicamente inactivas y las que son consideradas sedentarias a tener un mayor riesgo de muerte por enfermedades asociadas a ese modo de vida.
Señaló, además, que en las escuelas la actividad física era parte de las clases. No obstante, ahora son los padres lo que están encargados de fomentar dicha práctica.
“Cada hora de estar sentado incrementa los riesgos a la salud, inclusive tomando en cuenta el efecto protector de la práctica del ejercicio, Por lo tanto, no sólo es importante hacer ejercicio, sino moverse durante el día”, resaltó.
CAR