Jan- Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), dijo que durante este sexenio al menos 32 periodistas, contando a Lourdes Maldonado, han sido asesinados, otros 15 han desaparecido y en el Índice Global de Impunidad, México se encuentra en el sexto lugar solo por debajo de países que son zonas de guerra abierta.
"La realidad es que en México para las y los periodistas, aunque no está en una situación de guerra convencional, está ofreciendo cifras comparables con los que están en guerra civil".
En entrevista con Mario Maldonado para Noticias de la Mañana en El Heraldo Media Group, señaló que esto tiene que ver en gran medida a que los diferentes niveles de gobierno en el país no se han aplicado ni cerca de lo suficiente para combatir la impunidad en crímenes contra la prensa, el dejarlos sin sentencia es lo que sigue incentivándolos.
"En Tijuana, una ciudad con violencia generalizada, casi 2 mil asesinatos el año pasado, vemos también un aumento en la violencia contra la prensa y pocas probabilidades de que alguien termine en la cárcel", aseguró.
Indicó que pareciera que se está normalizando el hecho de que dos o tres periodistas hayan sido asesinados en tan solo dos semanas.
Hootsen agregó que los mecanismos de protección en el país han tenido resultados son mixtos, para personas de derechos humanos y periodistas que pertenecen a la Secretaría de Gobernación.
"Tampoco debemos olvidar que existen en algunos estados mecanismos de protección de índole local, como es el caso de la Ciudad de México y Veracruz, y también de alguna forma en el estado de Baja California, de hecho, la propia Lourdes Maldonada estuvo incorporada en un esquema de protección por parte del estado".
Hootsen dijo que aunque varios periodistas han sido salvados de situaciones de extremo riesgo, el mecanismo de seguridad es insuficiente.
"No están bien coordinados con los gobiernos de los estados, no tienen tantos recursos como quisiéramos, es un mecanismo meramente reactivo", expresó.
Sin embargo, agregó, estos temas deberían estar en manos de las fiscalías estatales y en la General de la República.
Respecto a los probables vínculos de los periodistas con el crimen organizado, Hootsen señalo que "sería ingenuo pensar que no hay periodistas que no tienen relación con grupos delictivos, pero cuando vemos los casos de los últimos 32 asesinados, termina siendo un argumento muy débil".
Finalmente, el representante en México del Comité para la Protección de Periodistas mencionó que los comunicadores víctimas de violencia extrema son los que cubren la delincuencia organizada, nota roja, la corrupción, y se encuentran expuestos por la naturaleza de su trabajo y por las relaciones perversas que hay con las autoridades de los estados con el crimen organizado.
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