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"¿De qué te quejas?": Él es Salvador Sigala, nació con parálisis cerebral y ahora escribe un libro donde narra su vida

Salvador Sigala tiene parálisis cerebral pero eso no le impide ser ingeniero en refrigeración y aire acondicionado, y trabajar como taxista desde hace 20 años, y ahora presentar su libro

NACIONAL

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RETO. Cuando era joven, participó en competencias nacionales de natación. Foto: Adriana LunaCréditos: Foto: Adriana Luna

Salvador Sigala tiene parálisis cerebral desde su nacimiento, al parecer a causa de una negligencia médica, pero eso no le impidió convertirse en ingeniero en refrigeración y aire acondicionado; también trabaja como taxista desde hace 20 años, en la Zona Metropolitana tapatía, y tiene una lista de clientes frecuentes. Además se convirtió en escritor.

Su vida es tan inspiradora que la gente quería saber más de su historia, así que decidió escribir un libro. Se compró unos audífonos para aprovechar la tecnología y dictarle a la computadora sus ideas, pero se enfrentó a un problema: debido a la parálisis cerebral y su dicción en ocasiones la máquina no entendía lo que decía, entonces tuvo que escribir con tan sólo dos dedos.

 “Me compré una diadema con micrófono, me la puse y comencé a hablar; la computadora me preguntó: '¿Qué dijo?',  y esa pregunta me la repitió muchas veces. Me frustré , así que decidí escribir con un dedo, luego con dos, y por eso me llevó un año”, comentó Chava, en entrevista con El Heraldo de México.

El resultado fue: Y tú ¿de qué te quejas?, un libro de 107 páginas, escrito con un lenguaje sencillo. Salvador, a quien sus amigos lo apodan El Chueco, trabajó durante un año para escribirlo, ya que la idea que quería transmitir es que la vida es una bendición.

“La gente se queja hasta de una uña, porque hace calor,  y no se dan cuenta de lo que tienen, que se pueden comer una tostada, ¡yo no puedo!".

En su libro, Chava narra cómo su familia buscó cualquier método para curarlo, incluso hasta lo llevaron con un curandero para que hiciera el milagro, porque desde niño no podía caminar.

Salvador era disciplinado y aguantaba cualquier dolor durante sus tratamientos de rehabilitación: “algunos ejercicios parecían crueles, consistían en colgarme de un árbol. En mi niñez había cosas que escapaban a mi entendimiento, sin embargo, me percibía diferente, aunque no me sentía mal por eso”.

Un regalo de Navidad le cambió la vida, su madre le compró un carrito de pedales. Le encantaba desplazarse por pendientes hasta a 15 kilómetros por hora. Todos quedaban sorprendidos por su habilidad para controlar el carrito.

MÁS SOBRE CHAVA:

  • Salvador, hoy tiene 53 años y está convencido que todos los seres humanos nacemos con talentos diferentes.
  • Está convencido de que la disciplina y la constancia es lo que permite que se logren los objetivos más increíbles en la vida.

“Vengo con una capacidad diferente al común de la gente, pero les aseguro que pondré todo de mi parte, buscaré en todo momento valerme por mí mismo, pero necesitaré mucho de su ayuda y su paciencia”.

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