Indígenas de la comunidad nahua de Ixtapilla, en el municipio michoacano de Aquila, trabajan arduamente en la conservación y protección de la tortuga golfina, especie que desde tiempos ancestrales arriba por temporadas a esa pequeña franja costera del Océano Pacífico para anidar sus huevecillos.
Hace 27 años, en esta localidad al suroeste de Michoacán, los lugareños liderados por Margarito Reyes Vera conformaron el campamento Punta Ixtal, para proteger los 800 metros de orilla del mar que son visitados por las tortugas en busca de un terreno idóneo para desovar. De julio a diciembre, las tortugas golfinas visitan la playa de Ixtapilla entre ocho y 12 veces para excavar en la arena y ahí depositar sus huevos; 45 días después, nacen las crías que son liberadas en el mar.
Tras el paso del huracán Nora y las lluvias remanentes que se originaron a finales de agosto, nuevamente las tortugas golfinas salieron de entre las olas para tocar suelo y continuar con su proceso reproductivo.
“Ya estamos en la cuarta temporada de arribo de este año. Hemos tenido muchas bajas, no hemos tenido ninguna liberación masiva de tortugas hasta ahora, solamente arribos, debido a las lluvias y el huracán”, explicó Eloy César Reyes Ramírez, coordinador del campamento.
Pese a que la temporada de lluvias y huracanes ha impedido un nacimiento masivo de tortugas, los pobladores prevén que en los meses restantes los arribos se prolonguen hasta por 15 días.
La tortuga golfina no es considerada como una especie en peligro de extinción, pero los indígenas que trabajan día y noche en su preservación afirman que sí está en riesgo y a merced de los depredadores, tanto en las costas como en el mar.
Además, ha disminuido su capacidad de reproducción; ejemplo de ello es que anteriormente durante una visita a la playa de Ixtapilla cada tortuga ponía hasta 150 huevos, mientras que ahora la cantidad que alcanza la mayoría es de entre 90 y 100 huevecillos.
MAAZ