Desde el año 2017 la zona conocida como La Bartolina, ubicada en los límites de la frontera entre Matamoros, Tamaulipas y Brownsville, Texas, ha detonado los focos rojos en el gobierno mexicano por los señalamientos de que ahí es un campo de exterminio utilizado por células del crimen organizado sin que hasta el momento ninguna autoridad sepa que sucede.
La Bartolina es un pequeño poblado de alrededor de 12 kilómetros, situado a unos cuantos kilómetros de la franja costera del Golfo de México y la frontera con Texas en los Estados Unidos, el tipo de suelo es salino y en temporada de lluvias o cuando el mar sube más de lo normal, se convierte en área inundable, los alrededores forman una especie de brazo de mar que hace conexión con el afluente del Río Bravo, lo que la convierte en una zona poco poblada y lejos, muy lejos de la capital tamaulipeca, Ciudad Victoria y mucho más de la capital mexicana.
El ejido está ubicado a la altura del kilómetro 25 de la carretera federal que conecta con una de las zonas turísticas más visitadas por aquellos lugares, la Playa Bagdad, pegada a solo unos metros de la frontera con Estados Unidos y es señalado por el propio gobierno, como el campo de exterminio más grande del país, y no es para menos, en el sitio se pudieron localizar esposas de metal, tambos utilizados para quemar cuerpos y luego disolverlos en ácido y cientos de casquillos de bala.
Es ahí donde se han encontrado y documentado más de 500 kilogramos de restos humanos en los últimos cinco años de acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda del Gobierno de México y representa uno de los lugares más tétricos y desesperanzadores de todo el país, la única razón para acudir a esa zona es para realizar labores de búsqueda de cuerpos por parte de familiares (en su mayoría mujeres) que están desesperados por encontrar a un ser querido.
Pero el desencanto llega cuando son recibidos con amenazas del crimen organizado, de acuerdo con declaraciones de colectivos humanitarios que buscan incansablemente a víctimas, la zona utilizada como un crematorio masivo, es prácticamente inexpugnable, no hay autoridad que se atreva a acercarse ahí por precaución a encontrarse con grupos delictivos, lo que a la postre ha dejado en la indefensión, no solo a los pobladores del sitio, sino también a los familiares que intentan por sus propios medios encontrar los restos de sus seres queridos.
La Bartolina adquirió relevancia recientemente luego de la presentación del informe semestral sobre personas desaparecidas y no localizadas por parte del Gobierno Federal, se detalló que los restos óseos encontrados en el lugar fueron calcinados y después esparcidos por la zona, ya desde 2016 se tienen datos sobre la utilización del sitio como campo de exterminio y fue entonces que el gobierno decidió enviar al Ejército para resguardar la zona, de acuerdo con declaraciones de la señora Delia Quiroga, abogada e integrante del colectivo de búsqueda, Madres Buscadoras de Tamaulipas.
Piden tregua al crimen organizado
Precisamente el colectivo lanzó una estrategia inusual pero mediáticamente muy poderosa, hace algunas semanas lanzaron un llamado al Cártel del Golfo (principal grupo criminal que opera en la zona) para pedir una tregua y poder ingresar a ese territorio a buscar los restos de las víctimas, sin embargo, la respuesta no ha llegado y entonces han recibido el apoyo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Guardia Nacional (GN) y de la Comisión Nacional de Búsqueda, así como de autoridades estatales, quienes los acompañan a esa zona en su ardua labor.
La abogada también mandó un mensaje a través de su cuenta de Twitter al gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca para que las apoye y coadyuve a echar abajo las posiciones que tratan de desvirtuar su movimiento, que consideran es legítimo y tiene como único objetivo rescatar los restos de cientos de desaparecidos en la frontera norte.
El mensaje también fue enviado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sin embargo, a pesar del llamado y de los múltiples esfuerzos por ser escuchados, hasta el momento no han tenido respuesta, tanto así que la última ‘incursión’ a la Bartolina fue el pasado 6 de agosto y el colectivo no fue invitado a participar en las investigaciones.
Desde 2016 se tenía conocimiento de que la Bartolina podría ser un foco rojo por ser un campo clandestino de fosas, sin embargo, en aquel entonces el Grupo de Coordinación de Tamaulipas (GCT) desvirtuó esos señalamientos e informó que lo único que habían encontrado era un tambo de 200 litros que contenía cenizas y fragmentos óseos, de los cuales dijeron desconocer si eran de humanos o de animales.
Sin embargo, a raíz de diversas investigaciones hechas por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en los sexenios del exgobernador Egidio Torre Cantú y del expresidente Enrique Peña Nieto, en la Bartolina se llevaron a cabo más de 20 excavaciones y desde entonces y hasta la fecha se han encontrado más de media tonelada de restos que están en proceso de identificación.