HIDALGO

Comercian turbosina por gasolina en Hidalgo

Huachicoleros venden en 12 pesos el litro de una mezcla con aceite que daña a los autos

NACIONAL

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Huachicoleros venden en 12 pesos el litro de una mezcla con aceite que daña a los autos. Foto: CuartoscuroCréditos: Foto: Cuartoscuro

Los grupos dedicados al robo de hidrocarburo en Hidalgo hallaron en la turbosina, un combustible para aviones, un nuevo nicho de mercado para el comercio ilegal en la región del Valle del Mezquital –la más extensa del estado, con 23 de los 84 municipios–, al rebajarla con aceite de auto, hacerla pasar como Premium y comerciarla en almacenes apócrifos de gasolinas.

A condición de reservar su identidad, personas allegadas al negocio revelaron que este esquema comenzó ante el cierre parcial de válvulas desde los tableros de la refinería Miguel Hidalgo, en Tula, como una medida para reducir la ordeña. Entonces, comenzó a correr por los ductos más turbosina, que, por su octanaje, no es recomendable para automóviles.

“Hubo un tiempo en que iba pura turbosina y combustóleo, que le llaman, que es un líquido negro. Es del que dice (el presidente Andrés Manuel) López Obrador que quiere sacar la luz. Entonces no había gasolina.

“Pero pasaba la turbosina, un hidrocarburo que es para los aviones. Pues, por la desesperación de a lo mejor muchos revendedores, en Ixmiquilpan y en Alfajayucan la vendían como si fuera gasolina, y le mezclaban aceite de dirección”, afirmó un hombre de la región que conoce directamente la operación de los grupos del huachicol y cuya identidad se protege ante el riesgo al que está expuesto.

La turbosina es color paja, pero no sólo es la tonalidad, sino la picazón que ocasiona en las fosas de la nariz por el nivel de octanaje. “La reconocemos por el color y por el olor, porque huele muy feo; pica también hasta los ojos”, precisa un operador de la ordeña, encargado del resguardo de combustibles en una casa de seguridad.

“Te queda como babosa, como el aceite, pues. La gasolina tiene que secar en tu mano y esta queda espesa. Entonces ahí quiere decir que le mezclaron ese aceite de dirección, que es roja, para hacerla rojita, como la Premium, porque la turbosina es como blanca”, añade. Cada litro cuesta 12 pesos.

Otra fuente bajo reserva, pobladora de los municipios aledaños, también identificó la mezcolanza con la que los traficantes de crudo intentan simular la Premium: “Una vez íbamos a comprar en Ixmiquilpan, porque nos quedamos sin gas y uno nos dijo: ‘No, yo te vendo huachicol’, pero ahí estaba otra persona que también iba a cargar y se dio cuenta que no era gasolina, que no olía como gasolina ni tenía la consistencia”. 

Su esposo, añadió, fue a comprar unas piezas con unas mecánicas “y ese mismo día había mucha gente comprando bombas de gasolina. Ahí el de la refaccionaria dice que cuando se les vende mucho eso es porque el huachicol las daña, pero en este caso no era huachicol, sino la turbosina”.

El 22 de mayo de 2018, agentes federales detuvieron a una persona con 18 mil 37 litros de turbosina en un vehículo de carga y distribuidos en 18 contenedores en un complejo habitacional en Atotonilco de Tula. En agosto del año pasado, fue sentenciado a nueve años de prisión.

También, en el recuento de hidrocarburo robado en la entidad que realiza Pemex aparece la turbosina, junto con el gas LP, combustible MTB (un aditivo para gasolina), gasolinas, entre otros.

La turbosina es el combustible más utilizado en la aviación. Es un tipo de queroseno proveniente del destilado intermedio del petróleo que es usado para el buen funcionamiento de las turbinas de aviones, jets y helicópteros. Su octanaje es mucho mayor que el de la gasolina, ya que está compuesto por hidrocarburos de 10 a 12 átomos de carbono.

La principal razón por la que se usa queroseno para los aviones y no la gasolina que utilizan los aviones es su punto de congelación. El queroseno no se congela a no ser que la temperatura descienda por debajo de -47 C, que es ideal para las condiciones ambientales del vuelo.

Hidalgo, desde 2018, es el estado más ordeñado del país.

Por Áxel Chávez

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