El pasado 6 de junio vivimos las elecciones intermedias más grandes en la historia de México. El Instituto Nacional Electoral registró una participación de, aproximadamente, el 52% del padrón electoral y aunque ha sido la mayor cifra de participación ciudadana desde 1997, no es suficiente. ¿Qué pasa con los niños y jóvenes?
Siendo las elecciones 2021 las más grandes e importantes por el contexto político en el que vivimos actualmente, ¿por qué sólo fueron a votar la mitad de las personas que debieron haber ido? Nuestra respuesta es porque los mexicanos no tenemos un sentido de participación, ni de ciudadanía lo suficientemente integrado como para que nos importe y alarme esta baja cifra.
La baja participación ciudadana no sólo se debe al desinterés sistémico sobre la vida política en México, sino a que no nos enseñan, ni tenemos espacios para ser ciudadanos, participar, para tener un rol activo y protagónico en la transformación de nuestros contextos.
Por ello, creemos que es urgente habilitar espacios de encuentro entre pares e intergeneracionales desde la niñez hasta la adolescencia. La participación es un Derecho de la Niñez estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) en 1989, sin embargo, lleva mucho tiempo siendo rezagado.
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Educación y democracia
En América Solidaria diseñamos programas y proyectos bajo un enfoque del derecho de participación en donde creemos que el primer paso para desarrollarlo es tener espacios democráticos de encuentro con individuos de la misma edad y de diferentes generaciones. Por una parte está el encuentro entre pares, personas que están viviendo los mismos procesos vitales y los motivan a búsquedas comunes.
Los niños, niñas y adolescentes crean vínculos y comparten experiencias, contrastando su realidad con la de otros jóvenes de contextos diferentes. En ese espacio se legitima el aprendizaje mutuo a través de un ejercicio de espejo con un par.
Por otro lado, está el encuentro entre dos mundos. Se trata de un ejercicio intergeneracional, donde niños, adolescentes y adultos viven un momento virtuoso en el que las barreras generacionales se derrumban y se reconocen como iguales en derechos y en deberes. En este encuentro se reconoce la experiencia del adulto y la mirada fresca del más joven. Como iguales, cada uno pone sus fortalezas en el centro para sacar lo mejor de ambos en función de un objetivo común.
Para que este encuentro se pueda llevar a cabo se deben habilitar espacios donde predomine el aprendizaje centrado en los niños, niñas y adolescentes para que sean protagonistas de sus propias transformaciones. Esto implica crear un ámbito para que se animen a participar, aceptando su necesidad y derecho de expresarse, considerando sus individualidades y los procesos personales que cada uno vive.
En este contexto buscamos desarrollar y fortalecer la capacidad de agencia de los más jóvenes. Buscamos que actúen y desarrollen acciones libremente, con control sobre sus decisiones, y empoderándose como actores capaces de hacer transformaciones en la sociedad.
La conjunción virtuosa del encuentro intergeneracional, en contextos y espacios habilitados positivamente, el impulso para el empoderamiento y la toma de decisiones, acompañan el camino de la AUTONOMÍA PROGRESIVA.
Este tipo de autonomía, reconocida en la convención de los Derechos del Niño, se refiere a la capacidad y facultad de los niños, niñas y adolescentes para ejercer sus derechos con grados crecientes de independencia, frente a las facultades de los padres, madres o personas adultas responsables de su cuidado y orientación.
¿Por qué es importante el derecho de la participación de niños, niñas y adolescentes?
Bajo este enfoque de participación se consolida un proceso de aprendizaje en los niños, niñas y adolescentes que impulse y promueva una nueva ciudadanía. Hoy más que nunca debemos construir e invertir en espacios de participación. No sólo porque en el currículo tradicional de nuestro sistema educativo no se ha tomado en cuenta este derecho, sino porque es lo que le va a brindarle a nuestros niños y jóvenes tener las herramientas para transformar, desde lo comunitario, sus territorios y su contexto.
Nuestro compromiso hoy se reafirma más que nunca. Si quieres sumarte y trabajar de la mano con nosotros para promover la participación y el protagonismo de nuestra niñez y adolescencia para que, no sólo sean parte de las decisiones que les afectan, sino parte de las acciones que los transforman, ¡contáctanos!
¡Súmate a nuestra campaña #SuFuturuoEsHoy! Ayúdanos a implementar un programa educativo que les brinde las herramientas que necesitan para afrontar su futuro.
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Redacción: América Solidaria