La devastación que dejó una tromba no sólo se vio, también se respiró en La Cañada, en San Felipe Tlalmimilolpan, Toluca. Y es que las aguas negras y el lodo acabaron con el patrimonio de toda una vida de doña Gloria Cuarenta y también de 49 de sus vecinos.
Esta comunidad fue víctima del desbordamiento de dos canales de líquidos residuales, tras colapsar ante la gran cantidad de agua que se concentró el domingo.
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Gloria vive desde hace 37 años en este lugar y nunca había sido damnificada.Ella y su familia se quedaron sin sala, refrigerador, muebles, alfombra y “hasta se me fue el sueño por la tristeza de esta tragedia”.
Cuando vieron que se metieron las aguas negras a su hogar, no pudieron parar de llorar al ver que el esfuerzo de toda una vida se fue a la basura. En un recorrido por las calles de la Cañada, el olor fétido era penetrante.
La celebración del 10 de mayo ha tenido que esperar, dado que la mayoría de mujeres se han ocupado en la desinfección que sólo es interrumpida por brigadas de Salud y Protección Civil que han acudido a revisar y ayudar en los trabajos. Leticia García, hija de Gloria, expresó que les dolió perder el patrimonio porque a su mamá le ha costado tenerlo sola y nunca se imaginaron que estos dos canales les arrebatarían ese esfuerzo.
PÉRDIDAS TOTALES
Otro punto que fue duramente afectado con la tromba fue en La Michoacana, Metepec. En la iglesia cristiana Vida Nueva para el Mundo, decenas de autos quedaron flotando y en su mayoría han sido declarados como pérdida total.
El pastor Yoshimar Mora dijo que 24 horas después del fenómeno natural, los dueños de las unidades han ido por éstos a través de agencias o mecánicos.
Narró que el espacio se convirtió en una alberca en la que el agua subió casi metro y medio. Al lugar acuden al menos mil 200 seguidores y el domingo ya era la última sesión, por lo que eran pocos y se pudieron poner a salvo.
Cerca de ahí, en una agencia de autos, las bardas cayeron sobre los vehículos.
Por Gerardo García
PAL