ACCIDENTE EN AUTOPISTA

Chano quería ver a su familia, pero perdió la vida en el accidente de la unidad Omex VIP en Acambay

Fue una de las siete víctimas mortales del incidente ocurrido en el Libramiento de Acambay; sus allegados los despidieron desde la noche del lunes desde su casa ubicada al norte de la capital mexiquense

NACIONAL

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La familia realizó un sentido homenaje al hombre que perdió la vida en la autopista.Foto: EspecialCréditos: Especial

A Rolando Graciano ya no le alcanzó el tiempo para volver a ver a su familia otra vez. Cuando venía de regreso a Toluca desde Saltillo, Coahuila, donde laboraba, un accidente en el camión que abordó, le arrebató la vida, aunque sí cumplió la promesa de regresar a casa.

Él es una de las siete personas que perdió la vida en la unidad Omex VIP y número económico 636, que volcó en el libramiento de Acambay, en la zona norte ya en los límites con Querétaro, en el que hubo otros cuatro lesionados y un ileso.

Familiares compartieron que la noche del domingo, Chano les avisó con un video y una llamada telefónica que iba a salir de aquella ciudad norteña donde trabajaba como electricista desde hace tres años, y llegaría temprano porque quería pasar más tiempo con ellos.

Aunque su jefe le dijo que mejor viajara a la capital mexiquense hasta el lunes por la mañana, él ya no quiso esperar más, quería llegar lo más pronto posible a ver a su esposa y a sus cuatro hijos, todos jovencitos.

Uno de sus sobrinos compartió que su tío Chano, era el más pequeño de ocho hermanos, muy bromista, carismático y  alegre. Siempre estaba dispuesto a escuchar a sus sobrinos, visitaba a su madre, a sus hermanos, a sus suegros y cuñados.

Mencionó que Rolando Graciano comúnmente viajaba en camioneta a Toluca junto con más compañeros de trabajo. Casi no se trasladaba en camión del servicio público y procuraba viajar siempre de día y no de noche, un hábito que rompió en esta su última ocasión.

Hace apenas 20 días, él estuvo con ellos y antes de irse a Saltillo les dijo que regresaría pronto a la casa familiar. Tenía más de tres años laborando en aquella entidad del norte.

A Chano le gustaba su trabajo y le satisfacía que con el dinero que le remuneraba podía solventar los gastos de su casa, mantener a su esposa y los estudios de cuatro hijos, una joven en licenciatura, dos en preparatoria y uno más en secundaria.

Su hermano Juventino lamentó que la línea camionera les ofreció una indemnización de apenas 433 mil pesos que finalmente redondeó a 450 mil y que las autoridades estatales, no se han acercado a ellos para ofrecerles ayuda.

“Nadie de las autoridades se nos ha acercado para apoyarnos o más que nada que se puede hacer en el caso con los responsables, si hay responsables o no hay responsables”, compartió.

Recordó que cinco personas dependían de Chano, y ese dinero que les ofrecen apenas alcanzaría para la manutención de un año, pidió que no desamparen a sus sobrinos y que la empresa camionera no se deslinde y pueda incrementar la ayuda.

Su cuñado, Gelacio Domínguez indicó que ellos van a hacer lo imposible por prestar su apoyo moral y ayuda a la familia de Chano, pero al final de cuentas, recordó, que nada va a ser igual, porque el accidente dejó sin padre a cuatro jóvenes y a una esposa que lo van a necesitar siempre y eso con nada se suple.

Chano sí regresó a su casa, lo hizo en un ataúd de madera, y esta vez ya no regresará a Saltillo. Saldrá por última vez en las próximas horas a su última morada en la capital mexiquense, muy cerca de los suyos que hoy lo despiden con veladoras, coronas de flores y la imagen de la virgen de Guadalupe, de la que era devoto.

 

Por Gerardo García

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