Ambientalistas de Holbox, con apoyo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), impidieron la apertura de una nueva vialidad, que implicaba el desmonte y relleno de manglares.
Desde hace dos semanas los vecinos de la isla se inconformaron por la apertura de una nueva vialidad que extiende el desarrollo de Holbox con dirección a Isla Grande; sin embargo, la pretendida calle pasa sobre un sistema de humedales y lagunillas, catalogados como zona de conservación en el Programa de Manejo del área de protección de flora y fauna Yum Balam.
Se trataba de una extensión de la calle Paseo Kuká hasta llegar al río con el mismo nombre. Una zona que, además, es inundable en épocas de lluvia.
José N, habitante de Holbox, reprochó que un grupo de hoteleros y el propio gobierno municipal de Lázaro Cárdenas hayan violado todas las normas ambientales para satisfacer las necesidades de los nuevos complejos turísticos que se planean construir.
“El programa de manejo tardó 24 años en ser publicado. La autoridad ambiental presumía que dicho instrumento legal serviría para regular las acciones en la isla. Sin embargo, queda solo en papel y permite o pasa por alto estas violaciones”, expuso uno de los quejosos.
El pasado 18 de marzo, a pesar de la inconformidad, maquinaria arrasó con un tramo de vegetación, entre la que se encontraban manglar y palma chit, especies protegidas por la Norma Oficial Mexicana 059-Semarnat-2010.
El artículo 60 ter de la Ley General de Vida Silvestre indica textualmente que está prohibida la remoción, relleno, trasplante, poda, o cualquier obra o actividad que afecte la integralidad del flujo hidrológico del manglar, su ecosistema y su zona de influencia.
Asimismo, el artículo 420 bis del Código Penal Federal que dicta se impondrá de 2 a 10 años de prisión y lo equivalente de trescientos a tres mil días multa, a quien ilícitamente dañe, deseque o rellene humedales, manglares, lagunas, esteros o pantanos.
Tras las denuncias de holboxeños y la presión de ambientalistas y organizaciones, el 24 de marzo la Profepa clausuró las obras, por violaciones a la legislación ambiental.
La bióloga Patricia Santos explica que los manglares cumplen con importantes funciones ambientales, por ello existe su protección legal.
Son zonas de desove y resguardo para cientos de peces, así como hábitat para aves locales y migratorias; funcionan como biofiltro del agua; protegen la costa de la erosión y ante fenómenos meteorológicos como huracanes, además de que captan cinco veces más dióxido de carbono de la atmósfera que cualquier árbol.
Por Alejandro Castro
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