En una década, aproximadamente 20 mil personas dejaron de hablar la lengua maya en Yucatán, por lo que, de continuar con esta tendencia, podría desaparecer en futuras generaciones. El racismo que sufre la población originaria influye de forma contundente en que la dejen de usarla.
A sus 30 años, José Ángel Koyok Kú, integrante del colectivo de historiadores mayas K´ajlay, está consciente de que hay un peligro de que la lengua de sus antepasados desaparezca, pues no se enseña a los niños de las comunidades, mucho menos en Mérida. Además, los espacios para hablar maya están reducidos.
“No hay traductores en lo más básico, por ejemplo, en las instituciones de justicia. Cuando los pobladores acuden a los tribunales o a la procuraduría agraria, no siempre hay funcionarios que los atiendan en su lengua”, señaló.
Nuestro idioma
Muchos otros jóvenes originarios de Halachó, municipio al poniente de Yucatán, se encuentra con esa barrera en los centros educativos y laborales. “En las escuelas y empresas no hay espacios en los que nosotros nos podamos desenvolver en nuestro idioma”, advirtió.
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Koyok Kú recalcó que este problema es claramente un asunto de política lingüística, en el que la discriminación y el racismo son determinantes. “Siguen vigentes esas ideas de que la lengua maya es inferior”, sostuvo.
En ese mismo sentido, el profesor del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas Peninsular), Jesús Lizama Quijano, consideró que es evidente que la lengua maya va a estar en peligro y que el racismo influye decididamente, sobre todo en el ámbito urbano y en los municipios, donde los pobladores indígenas son minoría.
Koyok Kú precisó que actualmente hay esfuerzos de jóvenes y colectivos, pero no han hallado respuestas. Sostuvo, hace falta que se trabaje en programas de enseñanza que formen hablantes avanzados de maya.
Por Herbeth Escalante
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