Ante la emergencia mundial por covid-19 que obligó al cierre de escuelas, impactando a millones de docentes y estudiantes en el mundo, no sólo los gobiernos presentaron planes emergentes y mejoras para adaptar la enseñanza de educación básica, sino también la cooperación internacional. Estas alianzas internacionales desarrollaron nuevas estrategias educativas que, a su vez, podrían significar nuevas formas y oportunidades para la educación básica de las naciones.
En el caso de nuestra región, al principio de la pandemia, los países que conforman la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú y México) identificaron similares condiciones y retos que sus docentes enfrentaban para la educación a distancia. Por ello, en conjunto presentaron un proyecto educativo dentro del Plan de Acción COVID-19 a finales del año pasado.
Este plan fue elaborado por los Ministerios de Educación de los cuatro países, incluyendo a la Secretaría de Educación Pública (SEP), y tiene como objetivo fortalecer las habilidades, las capacidades y las competencias de docentes y directivos en el uso de tecnologías digitales. Esto no sólo significaría una plataforma para auxiliar durante la pandemia por coronavirus, sino una oportunidad para nuestro país de aprovechar experiencias y perspectivas multiculturales.
Actualmente, la SEP se encuentra en vías de implementarlo y se espera que uno de los resultados más atractivos del proyecto sea que docentes y directivos de las escuelas de México cuenten con un espacio virtual para interactuar con sus pares internacionales. Es decir, se planean encuentros pedagógicos virtuales masivos, lo cual representa en sí mismo un parteaguas por el número de participantes y el alcance que estos podrían tener. De igual forma, también se planean webinars o seminarios virtuales internacionales de formación y actualización docente.
El reto de capacitar al personal docente y directivo de educación básica es especialmente grande para nuestro país. Mientras que en Colombia y Perú se estiman 327 mil 994 y 361mil 575 educadores respectivamente, en México laboran 1 millón 224 mil 125 docentes y directivos de dicho nivel. Además, para implementarlo, se deben considerar las drásticas diferencias socioeconómicas, geográficas, culturales, de infraestructura y la considerable brecha digital que cada maestra y maestro tiene.
Sin embargo, ante la dimensión del reto, la cooperación regional presenta grandes beneficios para México pues se reducen costos al compartirlos con otras naciones, se facilita el intercambio de experiencias, se actualizan contenidos, materiales y aplicaciones y se mejora, de manera integral, la calidad educativa. Esto tiene especial relevancia tomando en cuenta el rezago y la deficiente formación que han sufrido muchos de las maestras y maestros, según los datos arrojados por las evaluaciones a nivel nacional.
No hay que olvidar que las y los docentes además de ser agentes fundamentales en el proceso educativo, muchas veces desempeñan un doble rol social que va más allá de sus aulas. En ocasiones, en situaciones apremiantes y sin los recursos económicos necesarios. Por ello, la presente iniciativa de la Alianza del Pacífico aportaría un grano de arena en la enseñanza básica de México, abriría un nuevo camino de cooperación multinacional educativa, y fortalecería las estrategias de educación a distancia que, sin duda, llegaron para quedarse.
Por: Blanca Karina Sandoval Bueno, Maestra en Administración Pública por la Universidad de Birmingham.
Twitter: @BlancaSandovalB