CHIAPAS

La oscura leyenda que esconde el Cañón del Sumidero en Chiapas

La batalla que le dio paso a la leyenda quedó inmortalizada en el blasón de armas que el Emperador Carlos V concedió a la Ciudad de San Cristóbal en 1535

NACIONAL

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El Cañón del Sumidero es una de las maravillas geológicas más reconocidas del continente.Foto: CuartoscuroCréditos: Cuartoscuro

El Cañón del Sumidero se levanta sobre el cauce del río Grijalva y está localizado solo a cinco kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas. Es una de las maravillas geológicas más reconocidas del continente.

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Sin embargo, detrás de la belleza se esconde una leyenda impresionante que ha permeado a toda la comunidad del estado.

Cuenta la historia que, en 1524, un español llamado Luis Marín llegó al territorio con la intención de someter al pueblo Nandalumí (hoy Chiapa de Corzo). Sin embargo, los indígenas chiapanecas lucharon para oponerse a sus conquistadores.

Debido a las armas con las que contaban y gracias al apoyo de pueblos enemigos de los chiapanecas, los españoles se impusieron para vencer a los indígenas, dirigidos por el capitán Diego de Mazariegos. Ante la idea y el peligro de ser derrotados y, por ende, conquistados; los pobladores se retiraron al Cañón del Sumidero.

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Después de las batallas, la ciudad habitada por las familias chiapanecas quedó en manos de los conquistadores. Familias enteras, al verse derrotadas, se arrojaron al vacío, saltando desde el Cañón; pues prefirieron la muerte antes que ser dominados por los europeos.

Se dice que el capitán se conmovió al ver la escena y ordenó un alto al fuego para poder rescatar a los pocos sobrevivientes. En este suicidio colectivo participaron más de 15 mil personas y solo sobrevivieron 2 mil, de acuerdo con fuentes coloniales.

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La batalla que le dio paso a la leyenda quedó inmortalizada en el blasón de armas que el Emperador Carlos V concedió a la Ciudad de San Cristóbal en 1535, pueblo fundado después de la batalla con los pocos habitantes que quedaron; mismo que hoy conocemos como San Cristóbal de las Casas.

Gracias al investigador belga Jan de Vos se sabe que las batallas en la zona fueron reales y también es cierto que grupos rebeldes optaron por morir antes que ser sometidos por España.

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