Las enfermedades reumatoides afectan a aproximadamente 10 millones de personas en México, siendo la artritis y la osteoartritis las más comunes; afectan a un millón y ocho millones de personas, respectivamente.
Yucatán se ubica como la entidad con más casos; no obstante, una persona con estos padecimientos tarda hasta más de tres años en acudir a un especialista, lo que complica la calidad de vida y encarece el tratamiento.
En el caso de Paola García, una poblana de 35 años, la enfermedad le llegó hace seis años. A raíz de la falta de atención oportuna y medicación, sus articulaciones fueron empeorando, lo que hoy le genera gastos mensuales de 12 mil pesos, por las terapias y tratamientos.
“Me dedico a limpiar casas, entonces me afecta muchísimo la artritis. Hay días en las que se me entumen completamente las manos y tengo que parar”, dijo.
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De acuerdo con la Asociación Mexicana de Familiares y Pacientes con Artritis Reumatoride (Amepar), la Secretaría de Salud no lleva a cabo ningún programa o iniciativa para el control de las enfermedades reumáticas, pues se limita a garantizar el acceso a su tratamiento, dado que los medicamentos para la enfermedad están cubiertos por las principales instituciones de salud.
Por ello, María de la Concepción Cazariego Cordero, presidenta de Amepar, demanda que dicha enfermedad sea declarada catastrófica, con el fin de que sea incluida en el sistema básico de salud y con ello recibir apoyo, pues entre 30 y 40 por ciento de los enfermos requiere los medicamentos más caros al no responder a terapias convencionales.
“Nos hace falta un mejor presupuesto, no hay ningún hospital de artritis reumatoide. Tenemos muy pocos médicos certificados en el país, se dice que como 800, la mayoría están en las grandes ciudades”, detalló.
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