El gobierno de Estados Unidos prevé reactivar desde la próxima semana el polémico programa migratorio “Quédate en México”, pero bajo las condiciones exigidas por el gobierno mexicano, entre las que destacan las de “índole humanitario”.
Entre las modificaciones al programa llamado formalmente Protocolos de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), el gobierno de Joe Biden se comprometió a destinar mayores recursos para albergues y organizaciones internacionales, garantizar vacunas contra COVID-19 para los migrantes, proteger a grupos vulnerables y acelerar los trámites de asilo con un plazo de 180 días.
“Con respecto al diálogo llevado a cabo a través del grupo técnico de trabajo sobre migración y desarrollo, el Gobierno de Estados Unidos ha comunicado al Gobierno de México que atenderá todas las preocupaciones de índole humanitaria con respecto a la reimplementación de la sección 235(b)(2)(C) de su Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés)”, informó ayer la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a través de un comunicado.
La política “Quédate en México” surgió en enero de 2019, en la administración del expresidente Donald Trump, estableciendo que los migrantes que solicitan asilo a Estados Unidos esperen respuesta en territorio mexicano, lo que obligó a miles a esperar en la frontera en campamentos bajo condiciones inhumanas. De acuerdo a la agencia AP, alrededor de 70 mil solicitantes han estado sujetos a esta norma.
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El programa había sido frenado en febrero pasado por Joe Biden desde el primer día de su administración, al ser una promesa de campaña; sin embargo, sufrió un revés de la Corte estadounidense en agosto pasado, mandatando al gobierno americano a restablecerlo.
Lo anterior provocó un inmediato rechazo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador al programa, y a través de la cancillería mexicana, a cargo de Marcelo Ebrard, fijó condiciones a Estados Unidos para aceptar la reactivación del mismo.
La nueva versión del MPP, el cual Biden ha reiterado su compromiso de buscar su derogación, tendrá que hacer excepciones a grupos vulnerables como menores no acompañados, mujeres embarazadas, personas con enfermedades mentales, ancianos, indígenas y miembros de la comunidad LGBTQ+.
El regreso de los migrantes está previsto para comenzar el lunes en una ciudad de la frontera y luego en otras tres. Éstas son San Diego, en California, y los cruces texanos de El Paso, Laredo y Brownsville. Aún no se ha determinado la secuencia.
Ante dicho escenario, la cancillería mexicana se comprometió a no retornar a los migrantes a sus países de origen, “por razones humanitarias y de manera temporal”.
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