La tensión entre autoridades de Tijuana y migrantes instalados en el campamento de El Chaparral escaló ayer, luego de que la noche del jueves el gobierno municipal intentó levantar un censo y credencialización de extranjeros para controlar a la población establecida en ese lugar.
Los conflictos iniciaron en la víspera, luego de que Policía municipal distribuyera al personal del campamento para otorgarles credenciales con sus datos y colocar un cerco metálico, lo que provocó el descontento.
Durante el transcurso del operativo, donde también participó personal de la Secretaría de Bienestar, algunos migrantes comenzaron trifulcas con la Policía y quemaron algunas fogatas, sin embargo no se reportaron heridos ni detenidos.
Al respecto, la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, explicó que los operativos no tienen la intención de detener a los migrantes, sino implementar acciones de seguridad y bienestar durante su estadía.
“Continuaremos con estas y más acciones para brindarles certeza, seguridad y bienestar durante la estadía de cada ciudadano que llegue a nuestra ciudad”, informó.
Hasta la tarde de ayer, las autoridades aún contabilizaban la población del lugar; se llevaron labores de limpieza dentro del campamento sin que se registraran percances.
El gobierno municipal informó que durante el fin de semana continuarán las labores de apoyo a la población migrante, quienes sólo podrán acceder al campamento con la credencial del censo.
"Las medidas eran necesarias para continuar censando, credencializando y brindando apoyo a quienes deseen volver a su país de origen o establecerse en la ciudad", indicó el ayuntamiento.
La Secretaría de Relaciones Exteriores y la Guardia Nacional aportarán elementos para proteger la integridad de las personas, tanto extranjeras como connacionales.
Foto: Cuartoscuro
MAAZ