Para mejorar la calidad de vida de los campesinos, es necesario brindar certeza jurídica con respecto a la propiedad de la tierra. Así lo señaló Mario Miguel de la Fuente Zeind, especialista mexicano en el sector agrario.
De acuerdo con Miguel de la Fuente, impulsar el crecimiento de este sector implica generar seguridad y una estructura agraria estable que garantice una certidumbre a los propietarios.
“La importancia de la certeza jurídica de la Propiedad Social y de la creación de políticas públicas evolutivas es que incentiven a la generación de impacto positivo del índice de calidad de vida en el campo además de que se genera una dinámica económica y desincentiva el movimiento migratorio a los centros urbanos. De esta manera, decrecen los cinturones de pobreza en las ciudades y se crea un arraigo social de independencia económica desde el núcleo democrático básico de decisiones que no es otro más que el núcleo agrario. La riqueza de México está en el campo, el ejido y sus comunidades”, puntualizó.
De acuerdo con datos del Registro Agrario Nacional (RAN), 51.5 por ciento del territorio nacional es ejido, divididos en 32 mil núcleos agrarios y 5 millones de familias tienen la personalidad jurídica registrada ante este organismo.
Ante esto, Mario Miguel de la Fuente detalló que al brindar certeza jurídica a los propietarios de las tierras, se consolida y fortalece una mejor calidad de vida para las y los campesinos.
Para lograrlo --dijo-- es necesario impulsarlo a través de políticas transversales que involucren una mejora no solo de los ingresos económicos de las familias agrarias, sino también del entorno en que se desenvuelven.
Un ejemplo de ello es el programa Sembrando Vida del Gobierno Federal que tiene por objetivo fomentar la inclusión productiva, el cuidado al medio ambiente, fomento a la cultura del ahorro y la reconstrucción del tejido social.
Actualmente, este programa ha beneficiado a 420 mil 256 personas de las cuales 70.1 por ciento son varones y 29.9 por ciento, son mujeres.
SSB