FUGA DE CEREBROS

Cencalli: El museo dedicado al maíz, su historia e importancia en la agricultura mexicana

Cencalli busca revalorar al maíz como el eje de la cultura e identidad de México. También, pretende ser un espacio que nos invita a reflexionar sobre cómo nos alimentamos y los retos del mañana.

NACIONAL

·
El maíz como raíz de nuestra cultura Foto: Secretaría de CulturaCréditos: Secretaría de Cultura

El pasado 29 de septiembre se inauguró El Cencalli, la casa del maíz y la cultura alimentaria. Este nuevo espacio del Centro Cultural Los Pinos, es sin duda el museo de la CDMX más representativo de la actual administración federal, pero al mismo tiempo, es un espacio para reivindicar nuestra propia identidad como mexicanos.

El maíz y México están indiscutiblemente ligados uno al otro. Como bien decía el intelectual Guillermo Bonfil, la historia del maíz y la de nuestra nación se formaron juntas. México es su centro de origen: aquí nació para el mundo. Por ello, siempre ha sido un elemento central en nuestras fiestas y rituales. El maíz es nuestra cultura e identidad.

La planta fue domesticada por los antiguos mexicanos a partir del teocintle quienes nos dieron más de 59 razas de maíces: desde las que usamos para tortillas, las palomeras hasta el pozole. Por ello, El Cencalli busca ante todo revalorar el significado histórico, cultural, económico, político, social y alimentario del maíz para México.

Cristina Barros fue la encargada de dirigir el proyecto, desde la selección de piezas hasta la investigación y redacción de las cédulas museográficas. Sin duda, una acertada decisión pues es una reconocida especialista de la cocina mexicana y activista por la defensa de los maíces nativos. Hace tres años, fue la primera mujer galardonada como Caballero de la Orden Mundial por la Academia Culinaria de Francia.

El museo se divide en ocho salas que abarcan desde el origen del maíz, la milpa, la nixtamalización, la cocina del maíz, el maíz alrededor del mundo, los dilemas y retos actuales, el valor simbólico y el arte por el maíz. Esta última sala fue curada por dos grandes del arte mexicano: Luis Rius Caso y Jorge Ismael Rodríguez.

Te puede interesar: Hidrógeno Verde: La clave para combatir el cambio climático y crear una economía sustentable

Granos de maíz contra los transgénicos. Foto: Secretaría de Cultura

Agricultura tradicional, la vía para acabar con el cambio climático

En su recorrido, El Cencalli nos invita también a reflexionar sobre nuestras acciones cotidianas, los retos medioambientales del futuro y a cambiar nuestros hábitos alimenticios. Por ejemplo, basados en estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), nos hace reflexionar sobre cómo nos alimentamos.

A pesar de que la mayoría de las personas podrían pensar que los alimentos que consumimos provienen de la agricultura industrial (producida en largas extensiones de tierra, con maquinaria pesada y sofisticados sistemas de riego), en realidad, el 70% de nuestra comida la producen familias agriculturas en menos de cinco hectáreas.

Es decir, quienes nos alimentan no son las grandes empresas: son familias campesinas quienes muchas veces cultivan en tierras de menor calidad, de difícil acceso y con menos recursos. Sólo para sorprendernos, cada año en las parcelas mexicanas se manejan veinte veces la biodiversidad de maíz que hay en los bancos de semillas del mundo. También, el 85% del empleo rural depende de ellas, pues representan el 93 por ciento de las unidades de producción en México.

De igual forma, la agroecología y la agricultura tradicional representan una mejor solución a los retos del mañana. Debido a que la milpa mexicana es un policultivo donde las distintas variedades vegetales sembradas en una parcela se ayudan entre sí. Resulta más sustentable y menos dañina al medio ambiente y a la erosión de los suelos, es una solución a los retos del cambio climático y a la pérdida de biodiversidad.

Por ello, el mito de la agricultura industrial como solución para el hambre mundial también es criticado desde el Cencalli. Primero, porque su producción está destinada en su mayoría a la industria: desde alimentos chatarra hasta agrocombustibles (como etanol).

Segundo, porque el principal problema alimenticio radica en la inequitativa distribución y el desperdicio de comida, no en la producción total. Tercero, porque es más dañina con el medio ambiente, contamina agua, suelos y daña la salud por el continuo uso de agrotóxicos. Esto, sin contar con la deforestación masiva de bosques y selvas.

En suma, el Cencalli es un espacio que va más allá de informarnos sobre el maíz, es una invitación a reflexionar acerca de nuestra identidad, riqueza cultural y los retos alimenticios y medio ambientales del mañana. Porque sin maíz, no hay país.
 

Por: Daniel C. Santander y Mateo Rodríguez Stivalet