OMAR SOTELO AGUILAR

Sacerdotes se deprimen por Covid-19

Cierre de templos y confinamiento causa choque emocional en sacerdotes

NACIONAL

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ALERTA. 47 por ciento declaró que su mayor dificultad fue no poder estar cerca de su comunidad parroquial. Foto: CuartoscuroCréditos: Foto: CUARTOSCURO

Aunque su fe los mantiene en pie, los sacerdotes en México atraviesan un choque emocional por el confinamiento causado por la pandemia del COVID-19 y el cierre temporal de los templos en el país, restricción que nuevamente decretaron las autoridades federales y locales en la zona metropolitana ante el repunte de contagios.

De acuerdo a un reciente estudio del Centro Católico Multimedial (CCM) que entrevistó a 122 sacerdotes del país, la pandemia provocó en el 27 por ciento sentimientos de angustia, ansiedad, odio, preocupación, tristeza, impotencia, soledad, temor, entre otros; en el 30 por ciento una mezcla de emociones y en el 48 por ciento esperanza, alegría y descanso.

“El sacerdote ha experimentado sentimientos cruzados de soledad, aislamiento, de miedo, de enfado y tristeza al ver sus templos vacíos, pues el sacerdote se debe a la gente y si no llega pues genera un choque emocional bastante fuerte. Sin embargo, a través de su fe ellos mostraron esperanza para salir adelante”, explicó a este diario el presbítero Omar Sotelo Aguilar, director del CCM.

Perturbación anímica

Párrocos consultados por el El Heraldo de México compartieron su experiencia que les dejó el 2020, coincidiendo que la distancia con los feligreses los perturbó anímicamente. Sobre ese punto, la Encuesta Iglesia y COVID-19 en México muestra que el 47 por ciento declaró que su mayor dificultad fue no poder estar cerca de la gente y de su comunidad parroquial.

“El sacerdote por oficio y naturaleza tiene que actuar como un pastor y estar acompañando al rebaño, pero nos topamos con ‘el cuídate tú para cuidarme a mí; y nos vemos a distancia’, y a mí se me dificulta mucho, más por el lado de las confesiones, que es un auxilio espiritual para los fieles y no poder dar este sacramento y asistir a enfermos fue muy difícil”, dijo Juan Francisco Ortiz, párroco del templo de Santa Úrsula y San José en Tlalpan.  

Juan Francisco Ortiz, párroco del templo de Santa Úrsula y San José en Tlalpan. Foto: Especial

Juan Francisco, además de párroco es maestro de secundaria y bachillerato en el Instituto Isabel Grasseteau. Su experiencia de dar clases por internet lo llevó a dar misas por esa vía. Sin embargo, los encuentros virtuales, dijo, han sido insuficientes para acompañar a familiares y amigos tras el fallecimiento por el virus de ocho personas cercanas.

También, identificó que la “angustia” lo ha acompañado desde que inició la pandemia por ser él población vulnerable debido a su hipertensión y sobrepeso considerable.

Miedo y zozobra

En tanto, para el encargado de la Parroquia Coronación de Santa María de Guadalupe en la alcaldía Cuauhtémoc, Juan José Cedeño, los sentimientos constantes “han sido un poco el miedo y zozobra”, pero también “aliento” para ser un brazo fuerte para la comunidad.

El padre Juan José comentó que, aunque no ha sentido gran apoyo de su superior en la Arquidiócesis Primada de México, sí se ha sido “apapachado por su comunidad”.

Juan José Cedeño, encargado de la Parroquia Coronación de Santa María de Guadalupe en la alcaldía Cuauhtémoc. Foto: Nayeli Cruz

Con la entrada en vigor del Semáforo Epidemiológico en color Rojo en la Ciudad de México y el Estado de México los templos religiosos fueron cerrados nuevamente por la pandemia hasta el 10 de enero 2021, lo que sumado a todo un año (2020) de restricciones por medidas sanitarias y confinamiento agrava la economía de las iglesias, parroquias y templos. 

-"De las diez parroquias en mi decanato, ocho parroquias tuvieron que despedir a sus empleados porque no les alcanza la economía para sueldos, pues no hay feligreses", compartió sacerdote Juan José Cedeño.

El estudio del CCM dijo que 18 por ciento de los sacerdotes manifestó dificultades para cubrir los gastos de la parroquia, 16 por ciento dijo que no tuvo respaldo de su obispo y el 40 por ciento dijo que su apoyo fue regular.

Por Iván E. Saldaña