MARIO MOLINA

Murió el último Premio Nobel de México

Mario Molina falleció a los 77 años. Estudiaba la transmisión aérea del coronavirus

NACIONAL

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Molina recibió 105 premios y 39 Honoris Causa. Foto: REUTERS

Mario Molina murió a los 77 años de un infarto. Era el único Premio Nobel mexicano vivo.

Los únicos nacionales en ese pódium fueron el poeta Octavio Paz y el diplomático Alfonso García Robles.

Una de las últimas apariciones públicas de Molina fue durante una conferencia virtual el 15 de junio, con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Ahí presentó un estudio de colaboración internacional sobre la propagación del COVID-19 vía aérea y por eso la importancia de utilizar cubrebocas.

En esta emergencia sanitaria el uso de dicho insumo ha salvado vidas, afirmó entonces el Premio Nobel de Química en 1995. Se trató de un análisis que abarcó, incluso, a Italia y EU.

El artículo se llama Identificando la transmisión atmosférica como la ruta dominante para la propagación del COVID-19, publicado en la PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States).

“Nuestro análisis indica que el cubrir las caras redujo el número de infecciones por más de 78 mil casos en Italia, del 6 de abril al 9 de mayo, y por más de 66 mil casos en la ciudad de Nueva York, del 17 de abril al 9 de mayo”, sostiene el documento, donde hacen un comparativo del antes y después de la implementación obligatoria del uso de cubrebocas en CDMX.

Molina dedicó su vida al conocimiento científico y con su centro de investigación, donde destacó el estudio de la contaminación y las partículas suspendidas, PM-10 y ultra finas.

“Con profundo dolor, comunicamos el fallecimiento del Dr. José Mario Molina Pasquel Henríquez, acaecido el día de hoy en la Ciudad de México.

“Su esposa, hijos y hermanos agradecen las muestras de cariño y pensamientos en estos difíciles momentos”, posteó en un documento en su cuenta de Twitter el Centro Mario Molina.

Se agrega que Molina, parte siendo un mexicano ejemplar, dedicó su vida a investigar y a trabajar en favor de proteger el medio ambiente.

Tras estudiar a fondo la contaminación y partículas de polución estaba entrando a identificar la transmisión aérea del COVID-19, como la ruta dominante para la propagación de la infección, pues las partículas más pequeñas pueden viajar tal como lo hace el humo del cigarro.

Por MANUEL DURÁN.