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Crecí como hija de una generación del 68 que luchó: Sheinbaum

NACIONAL

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Hoy se conmemoran 52 años de la masacre estudiantil llevada a cabo el 2 de octubre de 1968. Las autoridades de la Ciudad de México toman desde muy temprano la plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

La plancha aún no está iluminada por los rayos del sol, está bajo la sombra, y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en compañía de miembros de su equipo de trabajo e integrantes del Comité del 68, rinde un homenaje a los caídos.

Enfundada en prendas oscuras, la mandataria capitalina rememoró su relación con el movimiento estudiantil, pero antes hizo un reclamo.

"Pedí hace un momento que se retiraran las rejas, nosotros no necesitamos rejas para separarnos de nadie y menos hoy, que lo que conmemoramos, lo que recordamos, lo que no se nos puede olvidar es un gobierno autoritario, que en vez de abrir las puertas para el diálogo tomó la decisión de reprimir y masacrar estudiantes en 1968 que luchaban por la libertad y por la democracia, por eso hoy 2 de octubre decimos y seguimos diciendo: “2 de octubre no se olvida".

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A unos cuantos pasos del memorial del 68, retoma su discurso y rememora aquellos momentos de su infancia.

"Tenía yo seis años cuando ocurrió esta masacre, mi madre como profesora del Politécnico participó en el movimiento estudiantil del 68, crecí muy cercana a Félix Gamundi, a Raúl Álvarez Garín. Cuando tenía siete años acostumbrábamos visitar Lecumberri donde muchos otros estudiantes resultaron presos por luchar por la libertad y por la democracia.

"Crecí participando en las marchas del 2 de octubre y gritando 2 de octubre no se olvida y crecí luchando por la democracia y por las libertades, crecí como hija de una generación del 68 que luchó siempre por un país más justo", recordó.

La hija de Annie Pardo, profesora de la UNAM que participó en el movimiento como representante de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, señaló que este crimen de Estado se caracterizó por un estado represivo, autoritario.

“Lo que nunca podemos olvidar jamás es de dónde venimos, cómo fuimos construidos como personas, como sociedad. Hoy estamos ante una nueva realidad, una transformación del país y en esa construcción seguimos luchando por un país democrático, por un país justo, por una ciudad de derechos, la educación, la salud dejaron de ser mercancías, hoy se retoman nuevamente como derechos”.

Uno de aquellos que vio sus primeros pasos en los movimientos sociales la acompaña en el presidium: un sobreviviente de la masacre, Félix Hernández Gamundi, quien a 52 años del trágico hecho pide justicia.

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“A 52 años exigimos que se proceda ya sin dilación a castigar a los culpables del genocidio perpetrado en esta plaza hace 52 años. No sólo es imperativo para legitimarse al frente del pueblo, sino para garantizar la no repetición de los delitos de estado, forma abyecta de ataque contra los movimientos sociales.

“El derecho mexicano y el derecho internacional reconocen que el delito de genocidio no prescribe y no existe limitación ni en el tiempo ni en el espacio, ni en las leyes y procedimientos para perseguir y castigar a los responsables. Luis Echeverría y otros genocidas siguen libres, pero siguen vivos, y nosotros reclamamos la acción de la justicia y reclamamos que se reabra, se retome, el proceso en contra del expresidente abierto, pero interrumpido por la antigua Procuraduría General de la República para proteger a los delincuentes que atacaron a nuestro pueblo”, recalcó.

Por: Carlos Navarro
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