Leslie Moreno se ha convertido en el rostro del activismo contra la violencia ácida en el estado de Hidalgo, pero también representa a las decenas de víctimas cuyos agresores viven en total impunidad, cobijados por la corrupción y la revictimización de las autoridades. Hace nueve años, Leslie fue atacada con ácido. Su agresora fue una de sus compañeras de trabajo, quien - por aparentes celos - contrató a un hombre para que le arrojara ácido en el cuerpo, su intención era mucho peor que matarla.
A nueve años del ataque con ácido, a Leslie todavía se le quiebra la voz y rompe en lágrimas al recordar el calvario que ha tenido que pasar para obtener justicia. En entrevista con El Heraldo de México, la activista comentó que su caso ha estado lleno de irregularidades: desde una carpeta archivada por años, hasta el asesinato de uno de los principales testigos, pocos días antes de que su agresora enfrentara un juicio.
"Ya se cumplieron nueve años de que intentaron matarme con ácido saliendo de mi trabajo. Este crimen, desde mi punto de vista, es uno de los más cobardes que existen. Como víctima tu no tienes ventaja sobre el agresor, no te puedes defender, no tienes ninguna oportunidad de defenderte. Es un crimen de odio, intentan torturarte, es un tipo de agresión muy dolorosa fisicamente y psicológicamente. Tu cara es tu identidad y este tipo de crímenes atentan contra tu propia identidad, al punto que uno ya no se reconoce al espejo", dijo Leslie en entrevista.
Sigue leyendo:
Leslie fue atacada con ácido cuando salía de su trabajo; su compañera se presentó como sospechosa
La activista destacó que, hace nueve años, fue agredida por un hombre cuando ella salía de su trabajo. Leslie estuvo hospitalizada por meses, debido a les lesiones que sufrió en el rostro y en el cuerpo. Mientras ella estaba luchando por su vida, su agresora acudió al Ministerio Público y se presentó como una sospechosa, esto sin que hubieran señalamientos en su contra.
La mujer contrató a un abogado y, mientras Leslie seguía recibiendo atención médica, ella y su defensa se encargaron de llevar el rumbo de la investigación, entrevistando a testigos y otras compañeras que trabajaban en el mismo lugar que Leslie. Fue hasta que la activista salió del hospital cuando se dio cuenta de que la Fiscalía había permitido que su agresora armara la carpeta de investigación del caso.
"Yo no sabía de donde venía la agresión. Tenía a una ex compañera de trabajo que estaba interesada en una ex pareja que yo tenía en ese tiempo, pero jamás creí que alguien cercano a mí podría hacerme daño. Yo no sospeche de ella. Sin haber un señalamiento, ella llega y se presenta como imputada. Todo lo empezaron a trabajar (las autoridades) para ayudarla a ella. La MP (Ministerio Público) citó a las testigos (ex compañeras de trabajo), pero quien las interrogó es el abogado de ella (la agresora), no la MP", contó Leslie.
Entre extorsiones y una carpeta archivada: así vivió Leslie los primeros años tras su agresión
El caso de Leslie quedó congelado por dos años, esto mientras ella se recuperaba de las lesiones físicas y mentales que había sufrido: "yo estaba luchando por mi vida, no fue que no me interesara, yo estaba rogándole a Dios poder salir adelante", explicó la activista. Agregó que cuando finalmente pudo acudir a revisar su carpeta se dio cuenta de que muchos documentos y pruebas se habían perdido, entre ellos el registro de llamadas de su agresora, el cual era una pieza fundamental que demostraba que ella se había estado comunicando con otra persona minutos antes y minutos después del ataque con ácido.
En medio de las irregularidades que había en torno al caso, Leslie fue víctima de amenazas por parte de su agresora, la mujer fue detenida, pero liberada poco tiempo después. Entonces la activista pidió medidas cautelares y se le asignó un policía para protegerla; sin embargo, otro calvario comenzó ahí, el uniformado extorsionaba a Leslie, pidiéndole dinero para protegerla y amenazándola. Pese a que la activista también denunció al policía, las autoridades lo encontraron inocente y él continúa laborando con víctimas.
Un testigo asesinado, la revictimización y las amenazas: así fue como su agresora quedó libre
Tras pasar por amenazas, extorsiones y una carpeta archivada, Leslie consiguió un juicio contra su agresora el año pasado, en 2023. La activista contaba con un testigo que había reconocido a la agresora y la señalaba directamente. No obstante, el día del juicio Leslie se enteró de que su testigo había sido asesinado y la propia defensa de su agresora admitió haber estado acosando al hombre. La jueza del caso, pese a escuchar las declaraciones de la defensa y de Leslie, determinó que la mujer acusada era inocente y la dejó en libertad. Leslie denuncia que durante el juicio fue víctima de revictimización y amenazas, tanto por la impartidora de justicia como por la familia de su agresora.
En el estado de Hidalgo, Leslie se ha convertido en el rostro de la lucha contra la violencia ácida, ella es impulsora de la Ley Ácida, la cual fue aprobada en el congreso local el pasado mes de julio. La ley estipula sanciones de seis a 32 años de cárcel para las personas que utilicen productos químicos y corrosivos para causar lesiones. También garantiza atención médica gratuita para las víctimas, ya que - en palabras de la activista - este tipo de crímenes se deben de atender de inmediato, de lo contrario las lesiones y cicatrices se quedarán de por vida.
"Ley Leslie": la activista busca justicia para víctimas de violencia ácida, pero pide que su caso no sea olvidado
Hoy, a nueve años de la agresión en su contra, Leslie no pierde la esperanza de que su caso llegué a las autoridades federales, pide a la presidenta electa Claudia Sheinbaum que su ataque con ácido no quede impune, ella teme por su vida y la de sus seres queridos, ya que su agresora sigue libre.
"Le suplico a la nueva presidenta que por favor haga algo, que me ayude hacer justicia. Yo lo único que pido es justicia, no estoy pidiendo nada más. Por favor ayúdenme a que esta persona tenga un castigo, es un peligro para la sociedad", dijo la activista en entrevista con este medio. Agregó que las cicatrices con las que actualmente viven son un recordatorio de lo que pasó y de la impunidad que sigue existiendo en torno a su caso.