Tarek William Saab, fiscal general de Venezuela, acusó a los participantes de las manifestaciones contra el supuesto fraude electoral en la jornada en la que Nicolás Maduro logró la reelección para un tercer mandato presidencial de fingir heridas utilizando “salsa de tomate” para simular sangre.
El funcionario chavista, designado en 2017 por la Asamblea Constituyente, informó que el Ministerio Público tiene registro de mil 62 detenciones durante las protestas y actos violentos ocurridos desde el lunes 29 de julio, tras el anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales del domingo.
En conferencia de prensa, aseguró que hasta el momento suman 77 funcionarios de seguridad heridos y uno más asesinado, en el estado de Aragua. El funcionario no mencionó las más de una decena de muertes que, según organizaciones como Foro Penal y la oposición, han ocurrido en el marco de estas protestas, todas atribuidas a organismos de seguridad pública, ni la presunta detención de periodistas en el cumplimiento de su trabajo.
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Ante medios venezolanos, el fiscal advirtió que están tras los autores materiales de los “focos de violencia”, como los llamó, pues aseguró que han pagado a los manifestantes para cometer disturbios a cambio de dinero y hasta alimentos como Nutella.
“Estamos averiguando quiénes son los autores de la entrega del dinero porque también van a ir detenidos”, dijo.
Saab acusó que el partido Vente Venezuela, de María Corina Machado y Edmundo González, utilizan grupos estructurados de la delincuencia organizada “para hacer todo tipo de acciones vandálicas, usando un lenguaje hamponil y haciendo simulaciones de hechos punibles. Estamos descubriendo que los Comanditos son criminales”.
Promete que detenido quedarán en la cárcel "por muchos años"
En una transmisión televisiva, el fiscal presentó una serie de videos en los que mostró a sujetos encapuchados, que “amenazan de muerte, queman bienes públicos, y luego, tras ser detenidos, confiesan haber recibido dinero para ejercer las series de acciones vandálicas y se arrodillan a pedir clemencia”.
Ante esto, el fiscal prometió que no habrá impunidad “pese a que los detenidos, en medio del llanto, han pedido que los dejen en libertad”. Sin embargo, garantizó que a aquellos que se les compruebe que no estaban involucrados, “serán liberados, porque hay justicia” pero aquellos que sí participaron “quedarán privados de libertad por muchos años”.