El ministro israelí Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra, declaró ayer que dimitirá a menos que el premier Benjamin Netanyahu, apruebe un plan de posguerra para la Franja.
"El gabinete de guerra debe formular y aprobar antes del 8 de junio un plan de acción que conduzca a la realización de seis objetivos estratégicos de importancia nacional (…) o nos veremos obligados a dimitir del gobierno", indicó Gantz.
El anuncio eleva la división entre los dirigentes israelíes, tras más de siete meses de una guerra en la que Israel no ha logrado sus metas.
Gantz dijo que los seis objetivos incluyen derrocar a Hamas, garantizar el control de la seguridad israelí sobre el territorio palestino y el regreso de los rehenes.
También instó a normalizar los lazos con Arabia Saudita.
"Como parte de un movimiento general que creará una alianza con el mundo libre y el mundo árabe contra Irán y sus afiliados".
Netanyahu respondió a la amenaza de Gantz tachando sus exigencias.
"Palabras huecas cuyo significado está claro: el fin de la guerra y una derrota para Israel, el abandono de la mayoría de los rehenes, dejar intacto a Hamas y el establecimiento de un Estado palestino".
Por otra parte, los combates siguieron ayer en la Franja de Gaza, incluido en Rafah, ciudad donde las hostilidades han provocado la huida de más de 800 mil personas (casi la mitad de la población), según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos.
En tanto, las fuerzas israelíes anunciaron que eliminaron a "50 terroristas y localizaron decenas de pozos de túneles" en Rafah.
Asimismo, Jerusalén informó que repatrió el cuerpo de un israelí recuperado en la Franja, tras morir en el ataque del 7 de octubre.
El cuerpo de Ron Benjamin, de 53 años, fue hallado junto al de otros tres rehenes cuya repatriación fue anunciada el viernes.
MAAZ