Tyler Wetherall recordó que cuando era una niña, su madre le dijo a ella y a su hermana que dejarían de ver a su papá porque tenía problemas legales. Era 1993 cuando Benjamin Glaser escapó para ser uno de los narcotraficantes más buscados por la policía en España, lo investigaban al ser señalado de traficar con 30 toneladas de mariguana asiática rumbo a Estados Unidos.
Pasaron 20 años para que Tyler Wetherall se convirtiera en una reconocida periodista que aprovecharía su formación para escribir el libro autobiográfico de su propio padres titulado “No Way Home”, en el que plasmó la historia de uno de los fugitivos prioritarios por las autoridades.
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En el otoño de 1993 Tyler y su hermana regresaban de la escuela y todo parecía marchar con la rutina normal; sin embargo al ir a la cocina para comer algo, notaron la presencia de dos hombres desconocidos con traje que estaban con su mamá Sarah Wetherall. “Inmediatamente supimos que algo iba mal”, dijo Tyler a sus 10 años de edad.
Aquellas personas en la cocina de la casa de Tyler eran agentes de Scotland Yard que buscaban a su padre, recordó la periodista en entrevista con el New York Post. Wetherall dijo que en el periodo del presidente Ronald Reagan las represalias eran mucho más severas por lo que temían por su padre.
Así el FBI comenzó a vigilar todos los movimientos de la familia de Tyler Wetherall, que hizo que tuviera que vivir en 13 hogares distintos repartidos en cinco países. En San Francisco, California, Benjamin Glaser fundó un negocio de importación de “la planta de la risa”, una variedad de la cannabis para seguir con sus actividades de narcotráfico.
La venta de la droga hizo ganar una fortuna a Benjamin Glaser, pero lo hizo mudarse a Roma para después huir a Portugal y a Francia, siempre en compañía de su esposa e hijas. “Estábamos rodeados de dinero y riquezas. Cómo todos vivían de esa forma, sentí que era algo normal” indicó la entonces menor de edad cuando residían en Mougins.
La paranoia que sufría la familia de la periodista por el narco
Pero la madre de Tyler no resistió la doble vida a la que su esposo les hacía vivir, por lo que se divorcio y se llevó a sus hijas al Reino Unido. Los años siguientes la familia empezó a vivir con paranoia ya que creían que eran espiados en todo momento.
“Muchos hombres en su posición habrían abandonado a su mujer e hijas, pero mi padre todavía quería formar parte de nuestras vidas. Fue un padre increíble, a pesar de que tomó algunas decisiones bastante imprudentes”: Tyler.
Cuando Tyler cumplió 12 años, su madre sufrió una persecución. “La noche de mi duodécimo cumpleaños recibió una llamada frenética de mamá diciendo que le estaban persiguiendo, a punto de darle caza”, hecho que alertó a la familia que vagó por Europa por cuatro meses hasta que finalmente fue arrestado Glaser quien tuvo una sentencia de casi 6 años y con la historia que la futura periodista escribiría.