Cuando estuvo ligada al narcotráfico, Brenda vivió a la sombra de su esposo identificado como Sergio, un líder criminal quien al morir, sus compañeros se acercaron a la mujer para hacerle un ofrecimiento en el cual vio como una oportunidad para saciar su curiosidad en el mundo criminal porque le gustaba el peligro.
“Tenía curiosidad por saber cómo se hacían las cosas”, afirmó Brenda quien concedió una entrevista cuando llevaba 20 años encerrada en la prisión de Pavón en Guatemala, dijo para Vice News. Hace poco más de dos años, la viuda del jefe narco recordó la forma como los excompañeros de su esposo le ofrecieron crear una red de secuestro.
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El secuestro que hizo caer a Brenda
Cuando Brenda tenía 30 años, Guatemala experimentaba un auge en los secuestros, situación que los narcos que estaban con su esposo, enviaron sus esfuerzos para raptar a personas y pedir grandes sumas de dinero a sus familiares, mientras que para Brenda fue una oportunidad para vivir en peligro:
“Quería saber cómo se sentía. Quería sentir que mi vida estaba en riesgo. Me gustaba el peligro": Brenda.
Todo parecía marchar con “normalidad” en el grupo criminal que Brenda lideró al poner en práctica los recursos que copió a su esposo cuando estaba dentro del narcotráfico; sin embargo, la líder criminal y su banda dieron un golpe a un ciudadano estadounidense, por lo que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) comenzó a investigarla.
Brenda pensó que jamás la atraparían
Los secuestradores de Brenda habían pedido 25 mil dólares para que dejaran el libertad al turista de Estados Unidos; sin embargo, fueron interceptados por las autoridades de la Unión Americana y la organización criminal de la ahora mujer de 56 años quedó desarticulada.
Brenda fue a juicio y fue sentenciada a purgar varios años en prisión. "Jamás esperamos que nos fueran a atrapar porque pensábamos que estábamos haciendo las cosas muy bien… Resulta que las estábamos haciendo mal", afirmó la exesposa del narcotraficante.
Aunque quedó encerrada en la cárcel, Brenda siempre ha estado segura de las consecuencias que debe pagar por sus actos: "Creo que la mayoría de nosotras aquí sabíamos lo que estábamos haciendo", dijo y agregó: “Nunca he culpado a nadie más que a mí misma. Soy dueña de mis malos actos”, sentenció.
RM