Una mujer de 23 años de edad murió luego de ser agredida por su expareja mientras estaba en su casa sosteniendo a su bebé en brazos, la fiscalía reveló nuevos datos del caso donde indicaban que ella marcó un número de emergencias que jamás fue atendido, falleció en la espera de ayuda.
En la nueva revelación a 4 años de su asesinato el jurado de investigación declaró que fueron ocho minutos donde denunció la agresión de la que era víctima en el tiempo donde aún podían rescatarla, su expareja un hombre identificado como Julio Jesús era exconvicto.
Policía de EU no atendió llamada de emergencia
El operador que la escuchó, un policía de Lincolnshire la comunicó a otro número descartando la emergencia. Los primeros reportes indican que ella había reportado la violencia con anterioridad durante el 2019 y parte del 2020. Su nombre era Daniela Espirito Santo.
El tribunal indicó que un forense la escuchó y la comunicó al número 101, una línea que no está asociada con alguna emergencia, tan solo un día antes ella había denunciado que su expareja la atacó poco después de que un juex le otorgara libertad bajo fianza policial.
Él tenía la restricción de no buscarla, regresar a casa o comunicarse con ella tras el antecedente, sin embargo no cumplió la condición, su arresto fue por que intentó inmovilizarla y puso su brazo sobre el cuello de Espirito Santo.
¿De qué murió Daniela Espirito, mujer asesinada por su expareja?
En el número al que fue vinculada se escuchaban gritos de angustia de un bebé, el hijo de ella de tan solo seis meses, ante esto enviaron a un equipo de emergencia que llegó a realizarle RCP, los paramédicos usaron su estrategia de rescate pero fue demasiado tarde, ya no contaba con signos vitales y fue declarada muerta a las 00:58 horas.
Tras esta declaración hicieron un levantamiento del cadáver y en el análisis que informó el Dr. Hollingbury allí describía que Espirito Santo sufrió lesiones en su frente, mejilla y mandíbula previo a su muerte, este malestar agravó y terminó sin vida. Además hallaron en su cuerpo, hematomas en el pecho y brazo derecho.
Descartaron la existencia de drogas o alcohol en su organismo, por lo que la investigación se siguió como un caso de accidente doméstico verbal. La queja de la familia derivó que en que la policía de Lincolnshire atendiera la agresión como violencia de género.
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