Emilia Basil era conocida por ofrecer guisos y empanadas árabes dado su lugar de nacimiento en Beirut, Líbano. La mujer era identificada como “La Turca” y durante la década de 1970 abrió un restaurante al que nombró “Yamile” -nombre árabe que significa mujer bella y graciosa-, donde tenía un séquito de clientes que gustaban de sus alimentos que en una ocasión no identificaron que comían carne humana.
“La Turca” estaba casada, pero comenzó un romance con José Petriella, un migrante italiano que conoció en San Cristóbal, Argentina, donde ambos se instalaron. Cuando el hombre amenazó a Emilia después de una discusión, que contaría a su esposo la verdad sobre su amorío secreto, la mujer decidió que lo mejor era matarlo, y para no dejar evidencia, lo cocinaría para ofrecerlo a los comensales de su restaurante.
El vínculo como amantes fue para saldar una deuda
En la década de 1940, Emilia llegó de Líbano a Argentina, entonces conoció al padre de sus tres hijas, Felipe Coronel, con quien fundó el restaurante que estaba en un recinto propiedad de José Petriella. Pero el negocio no iba bien, por lo que negociaron con el dueño con el que llegaron a un acuerdo para que pudieran quedarse con una parte pequeña de la propiedad.
Los pocos ingresos que generaba el restaurante no eran suficientes para que la deuda pudiera costearse en 1973, por tal motivo, Emilia comenzó una relación basada en el sexo con Petriella para ayudar a costear el pago del inmueble, según reportes de TN. Durante varios meses el trato resultó fructífero para la pareja durante algunos meses hasta que comenzaron los problemas.
Petriella comenzó a reclamar a Emilia que se apresurara a saldar su deuda, pero no con dinero, sino que quería que sus encuentros sexuales tuvieran mayor frecuencia, el trato de mutuo acuerdo al que habían llegado terminó cambiado a un asunto de acoso sexual. El 24 de marzo de aquel año, “La Turca” decidió poner fin a la situación.
Así descubrieron a “La Descuartizadora”
Con la amenaza de tener intimidad o el mismo Petriella iría con el marido de su amante para contarle todo sobre su relación, “La Turca” ideó su plan para matar a su ahora acosador. En su última cita a solas, Emilia aventó a su amante a la cama y ahí esperó el momento para con un cordón estrangular a su amante quien murió en el acto.
Para deshacerse del cadáver de su amante, Emilia cortó partes de su cuerpo para convertirse en “La Descuartizadora”. Con los restos de la carne que cortó, la mujer los cocinó en ollas para ofrecerlos en sus empanadas árabes. El resto del cuerpo de su amante, Emilia lo metió en una caja de madera y ahí estuvo durante cuatro días hasta que una vecina se quejó de un extraño y fuerte olor.
A la espera de que el servicio de limpia se llevara la caja con el cuerpo, el aroma a muerte alertó a las autoridades quienes descubrieron dentro de la caja solo el torso de Petriella. Emilia fue arrestada y confesó el crimen, por el cual fue sentenciada a 10 años en la cárcel.
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