Marruecos sufrió uno de los desastres naturales más graves de su historia reciente, con un terremoto de magnitud 6.8 que azotó el país el pasado sábado. A pesar de estar viviendo un momento duro, la atención se centró en el rey Mohamed VI. El monarca rechazó la ayuda internacional de Alemania y Francia, encontrándose en este último país revisando su corazón en uno de los mejores hospitales y disfrutando de sus lujosas comodidades.
Debido a sus problemas cardíacos, el rey Mohamed VI demoró en volver a su residencia oficial en Rabat, aunque fuentes aseguran que su vida en París no es para nada despreciable. La publicación gala 'Africa Intelligence' reveló que Mohamed VI se habría comprado un espléndido palacete de 80 millones, ubicado en el distrito VII de la capital francesa en el margen izquierdo del Sena, a unos 700 metros de la Torre Eiffel.
Vida de lujos y privilegios
Los lujos que rodean al monarca han sido tema de discusión y admiración en todo el mundo. Uno de los símbolos más reconocibles de la opulencia de Mohamed VI es su residencia, el Palacio Real de Casablanca. Este majestuoso edificio de estilo morisco es un verdadero espectáculo arquitectónico, con intrincados mosaicos, jardines exuberantes y salones llenos de antigüedades y obras de arte. El palacio es el escenario de eventos importantes y visitas de dignatarios extranjeros, lo que subraya su importancia en la vida del rey.
El monarca también es conocido por su impresionante colección de automóviles de lujo. Se rumorea que posee una flota de vehículos que incluye modelos de marcas de élite como Rolls-Royce, Bentley y Mercedes-Benz, todos personalizados a su gusto. Entre sus joyas automovilísticas se encuentra un Rolls-Royce Phantom, valorado en varios millones de dólares.
La pasión del rey por la navegación también es evidente en su lujoso yate personal. 'El Boughaz' es un yate de lujo de más de 70 metros de longitud, equipado con comodidades de primera clase, desde piscinas hasta un helipuerto. Se ha utilizado en numerosas ocasiones para escapadas familiares y eventos especiales.
Además de sus posesiones materiales, el rey también es conocido por su amor por los caballos. Es un entusiasta de la equitación y posee varios caballos de raza árabe, considerados algunos de los más prestigiosos del mundo. Ha invertido en la cría de estos caballos y ha participado en competencias ecuestres de alto nivel.
Su influencia en la realeza internacional y su amor por la elegancia y el lujo lo han convertido en una figura icónica en la escena global. Sin embargo, este lujo también ha suscitado debates sobre la equidad económica en Marruecos y la necesidad de abordar las desigualdades sociales en el país.
Sigue leyendo
Las calles de Portugal se inundan de vino tinto y cibernautas enloquecen
Captan a perrito empujando la silla de ruedas de su dueña en 2 patas y conmueve a miles en redes