HISTORIAS DEL NARCO

La romántica y trágica historia de amor de una mujer trans y un narco

La dura relación con su padre, orilló a Gabriela a sobrevivir en las calles y a conocer el mundo del crimen organizado

MUNDO

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Gabriela terminó su relación con su novio narco sin ningúna represalía.Créditos: Vice / Gabriela

Gabriela vivía bajo abusos dentro de su casa por parte de su padre quien señaló era un cristiano fundamentalista, lo que la obligó a terminar viviendo en las calles en su natal Colombia al ser una persona trans y chocar con la ideología de su progenitor. Gabriela no lo sabía, pero irónicamente dentro del narcotráfico encontraría la paz que buscaba.

En el narcotráfico es común que a cualquier persona que sea descubierta siendo parte de la comunidad LGBTQ sea asesinada; no obstante, Gabriela tuvo la “suerte” de conocer a un capo con el que además de aprender las artimañas del crimen organizado, mantuvo una historia de amor y pese a que en su círculo sabían que ella era una mujer trans, no tuvo ningún tipo de represalia y fue aceptada, recordó para "Vice".

La joven trans conoció el mundo narco al vivir en las calles. Foto: Archivo

Cuando era muy joven, Gabriela tenía “una buena vida” ya que su papá era un abogado y le pagaba una escuela privada. Tuvo una crianza cómoda desde el punto de vista económico, y afirmó que su vida habría sido relativamente fácil de no haber sido una persona transgénero, pero siempre supo que era una niña atrapada en un cuerpo masculino.

El día que Gabriela vivió en la calle

Una vez que su padre se enteró que iba a la casa de un amigo gay a vestirse con ropas femeninas, la comenzó a golpear y a llevar a su iglesia donde la obligó a que aceptara a realizarse un exorcismo para que expulsaran su homosexualidad. La situación se volvió tan insostenible que tuvo que escapar de su hogar para vivir por varios años sola en la calle.

En su segunda noche, una amiga trans de Gabriela la llevó con una proxeneta quien le ofreció vender su cuerpo por dinero, pero al negarse entonces la también una mujer trans le ofreció tomar un cuchillo para que defendiera a las otras chicas de los clientes abusivos, además de robar a los borrachos que caminaban en la zona.

Cuando cumplió 17 años luego de una vida en el crimen, Gabriela conoció a un joven que bajó de su camioneta en la zona donde estaba la proxeneta para preguntarle si tenía disponible a alguna mujer trans. Al ver a Gabriela, la llevó consigo de inmediato y le reveló que era una pieza importante en el mundo del narco, se presentó como Carlos.

La vida de la mujer trans con el narco

La pareja comenzó a salir y el capo le pagó un departamento. “Era muy romántico y me llevó por todo el país con él. Íbamos en moto a las montañas y mirábamos juntos las estrellas por la noche. Tenía un jacuzzi en su casa, y solíamos relajarnos ahí juntos, escuchando jazz y deep house

"Me gustaba mucho el house en ese tiempo, y también iba a raves con él, flanqueados siempre por su equipo de seguridad. Tal vez no lo creas, pero Colombia tiene una muy buena escena rave. Rara vez vi el lado más oscuro de él, aunque hubo una ocasión en la que pude verlo muy de cerca."

Gabriela fue presentada a todos los socios del narco. Foto: Gabriela / Vice

Él ofreció una fiesta en su casa y una mujer que había bebido demasiado y consumido muchas drogas comenzó a gritar y vociferar toda clase de cosas. Carlos y sus amigos se empezaron a preocupar de que ella revelara actos que pudieran incriminarlos, por lo que uno de ellos me escoltó fuera de la habitación para que no viera lo que le sucedería”, recordó Gabriela. Nunca más vio de nuevo a la mujer.

Durante su relación, Carlos jamás la ocultó y por el contrario, presentó a Gabriela con “todos sus socios”. “El hecho de que yo fuera transgénero pronto se convirtió en un detalle incidental”, acotó. “Me gustaría pensar que el hecho de que yo saliera con Carlos derribó algunas barreras y disminuyó el estigma asociado con salir con mujeres trans. Obviamente, algunas personas aún nos desprecian, pero el cambio es un proceso gradual”.

Pero tres años después la relación llegó a su fin y en 2013 Gabriela se fue a vivir con su mamá a Nueva York, cuando dio la noticia a Carlos, “se volvió loco y comenzó a disparar contra su casa. Fue aterrador, pero sabía que no me haría daño”. Ya en Estados Unidos, Gabriela fue de nuevo abandonada por su mamá que regresó a vivir a Colombia, pero ella siguió ahora delinquiendo y traficando en EU.

Tiempo después Gabriela regresó a Colombia a visitar a su familia y Carlos se enteró. La mandó a seguir hasta que se reencontraron; sin embargo, a pesar de la súplica que le hizo el narco para que regresaran, terminó por romperle el corazón pues ella no aceptó, porque además tenía una nueva relación por lo que regresó a Nueva York sin tener ninguna represalia del narco. “A pesar de la actividad a la que se dedica, aún tiene muchas cosas buenas y nunca lo olvidaré”.

RM