Takahiro Shiraishi es uno de los asesinos en serie más virales de los últimos tiempos, actualmente está a la espera de su fecha de muerte, pues lo condenaron a la horca por el asesinato de por lo menos 9 mujeres, cuyos restos fueron hallados en un congelador dentro de su casa.
Takahiro tiene casi 33 años; nació el 9 de octubre de 1990 y vivía en la ciudad de Zama, en la prefectura de Kanagawa. El joven ya tenía antecedentes documentados; las autoridades dieron con él por primera vez porque se documentó que buscaba mujeres, las engañaba, las llevaba a centros nocturnos, supuestamente para trabajar, pero terminaban siendo obligadas a prostituirse. Utilizaba internet para captarlas.
Tenía antecedentes
Fue arrestado y acusado de trata, condenado a un año de prisión, pero salió bajo fianza, se mudó y no paró de cometer sus fechorías. Lo primero que hizo fue crear muchas cuentas de Twitter con el objetivo de buscar mujeres con un perfil muy específico. Debían estar deprimidas, y de preferencia, mostrar algunas tendencias suicidas.
Para captar a sus víctimas, utilizaba técnicas coercitivas donde jugaba con sus pensamientos, sentimientos y forma de vivir. Prometía, en primer lugar, acabar con la depresión de las personas, quería ayudar a quienes no podían ayudarse por sí mismos, pero detrás de su supuesta obra benéfica estaba un deseo de hacer daño.
Inició con su modus operandi
Estos servicios fueron inmediatamente contratados por numerosas personas, pero la cuenta hangingpro solamente seleccionó a las que eran mujeres, así llegó su primera víctima y entonces comenzó con sus técnicas de manipulación hasta que la convenció de irse a vivir con él a cambio de una renta. Una vez que tuvo la oportunidad la asesinó, y desmembró el cuerpo, luego la metió en un congelador con arena para gato.
A lo largo de 2017 logró contactar con siete chicas y un hombre de 15 a 25 años que cayeron en sus trampas de aliviar al espíritu para dejar de tener problemas de depresión, pero finalmente les quitaba la vida y seguía el mismo modus operandi de su primera víctima para esconder el cuerpo. Tenía miedo de ser atrapado, por eso las guardaba en casa.
En octubre, Shiraishi fue encontrado, lo interrogaron y de inmediato reveló el lugar donde estaban todas las víctimas por las que le preguntaron. En el refrigerador había más de 230 restos. Los análisis revelaron que fueron 9 las víctimas del japonés que gustaba de contactar a las víctimas por Twitter.
El hermano de su última víctima lo descubrió
A lo largo de un juicio que duró hasta el año 2020, se informó que las víctimas que murieron dentro de esa casa del horror fueron Kureha Ishihara; Natsumi Kubo y Akari Suda; Hinako Sarashina; Mizuki Miura; Kazumi Maruyama; Hitomi Fujima y Aiko Tamura. Shogo Nishinaka fue el único hombre al que mató.
Aiko, su última víctima, no estaba sola. Su hermano se preocupó cuando notó que no volvía a casa, hizo la denuncia correspondiente a la policía, y comenzó la búsqueda de Tamura. Fue así como llegaron a sus redes sociales, e indagaron hasta encontrar las conversaciones extrañas con un tipo que prometía ayudarla en su depresión.
La policía resolvió que debían utilizar a una infiltrada, quien contactó al asesino de Twitter en un lugar público, mostrándose vulnerable para lograr concretar la cita. Ese día lo dejaron plantado, pero unos cuantos policías de civiles lo siguieron hasta su casa, donde finalmente lo enfrentaron y supieron toda la verdad.