La desaparición de un ser querido siempre será una problemática que lastima no solamente a las familias, también a todo un país que puede llegar a la conmoción y la desesperanza. Esto fue lo que se vivió en las últimas cinco semanas en las calles de Colombia, donde el pasado 1 de mayo se reportó la desaparición de 4 niños en la selva del Caquetá, los cuales eran pasajeros una aeronave tipo Cessna que se accidentó mientras cubría la ruta Arauca y San José del Guavire.
El pasado 9 de junio, por fortuna, se informó sobre su localización con vida del grupo de infantes, una noticia que le volvió la calma a toda una nación. A la zona de la selva colombiana se desplazó un vehículo aéreo para recoger a los afectados y de inmediato llevarlos con cuerpos de emergencia para su valoración médica. Trascendió que los jóvenes han sobrevivido al ambiente natural gracias a los kits de ayuda que desde hace quince días ha lanzado las Fuerzas Armadas colombianas.
Lesly Jacobo Bonbaire, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses, provienen de la comunidad indígena muinane, que son considerados uitoto y viven cerca del río Cahuinarí y de la Araracuara, en Caquetá, de donde salieron el día del accidente.
Utilizaron la voz de la abuelita para hallarlos
La alerta y búsqueda por los menores se puso en marcha desde el 16 de mayo, cuando autoridades colombianas hallaron los restos del vehículo y de los tres tripulantes adultos que la manejaban. Las identificaciones de los tripulantes son: Herman Mendoza Hernández, líder uitoto de la Organización Nacional de los Pueblos de la Amazonía Colombiana (OPIAC), el piloto Hernán Mucia, y Magdalena Mucutuy Valencia, madre de los cuatro infantes.
El tiempo transcurría y cada hora era fundamental para encontrar con vida a los menores. Durante estas semanas, las autoridades de aquella nación encontraron diversos objetos que apuntaban a que estaban con vida. Primero se encontró un biberón que al parecer pertenecía al bebé, posteriormente con ayuda de un canino localizaron una especie de vivienda improvisada, donde había unas tijeras y un gorro. Se tiene la creencia que en aquella casa de campaña pudieron haber vivido los niños.
Con el objetivo de facilitar la búsqueda, un avión de las Fuerzas Armadas lanzó bengalas sobre la zona de búsqueda para dar mayor visibilidad a los comandos. De igual forma, desde un helicóptero reprodujeron la voz de la abuela de los niños, quien en su lengua, les pedía que no se movieran para poder hallarlos.
¿Cómo sobrevivieron los niños colombianos en la selva?
Un reporte preliminar del accidente reveló que el avión cayó en picada y que los tres adultos que iban como tripulantes sufrieron heridas mortales. Sin embargo, las sillas donde viajaban los menores estaban intactas, una señal que aumentó la esperanza de encontrarlos con vida.
De acuerdo con información de la periodista Mónica Rivera Rueda, del periódico El Espectador, habitantes de la selva colombiana indican que la infancia indígena de los menores fue clave para su sobrevivencia. Se dijo que son menores criados en la selva y sus padres tenía mucha experiencia en ello. "Ellos van a la escuela y en la casa aprenden del manejo de la selva, de la andanza, qué frutas son comestibles y todo lo de la supervivencia”, comentó Gilberto, un familiar del líder Mendoza.
A los niños se les enseña cuáles plantas pueden comer y cuáles no deben tocar, además de conocer cuáles son las que funcionan para sobrevivir a una ambiente tan duro como la selva. A los niños desde los 5 años se los llevan sus familiares a cazar, mientras que a las niñas los llevan a los cultivos, lugar donde aprenden los caminos de la montaña.
ASG